Todos hemos oído hablar de la hiperactividad, es decir, del Trastorno de déficit de atención con hiperactividad o TDAH. Claro que lo solemos asociar con un problema que tienen los niños. Un problema que consiste en la dificultad para mantener la atención, además de tener una gran actividad e impulsividad.
Sin embargo, este trastorno no es exclusivo de los niños. También los adultos lo pueden padecer, aunque más que padecer, tendríamos que decir, mantener: porque siempre se inicia en la infancia. Sin embargo, es más raro que se haga este diagnóstico en un adulto que en un niño.
¿Qué es el TDAH?
El Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por estos síntomas: dificultades para mantener la atención, un exceso de la actividad motora y un bajo control de los impulsos, tanto verbales como motores.
En algunos casos, no se presenta el síntoma de la hiperactividad, con lo que sería un trastorno por déficit de atención. Este trastorno aparece desde la edad infantil, y afecta a diferentes áreas de la vida de la persona que lo padece. En concreto y en los niños, suele afectar mucho a su rendimiento escolar.
Hasta hace no mucho tiempo se pensaba que era un trastorno que se daba exclusivamente en los niños, y que sus síntomas remitían llegados éstos a la adolescencia. En la actualidad se sabe que algunos niños diagnosticados de TDAH, llegan a la edad adulta manteniendo el trastorno en su totalidad. Otros en cambio mantendrán algunos de los síntomas, mientras que otros desaparecen.
Sin embargo, como te decía, es más raro que se haga un diagnóstico de TDAH en los adultos. Cosa que dificulta el poder ponerle tratamiento y afecta a la buena calidad de vida de quien lo sufre.
¿Cuáles son las características del TDAH en adultos?
Los síntomas que se dan en el TDAH entre los adultos son algo diferentes a los que se presentan en los niños. Podríamos decir que los síntomas en los adultos no son tan claros y evidentes como en los niños, y esa es la razón por la que se hace más difícil diagnosticarlo en estos casos.
Por ejemplo, la hiperactividad en los adultos no se tiene que dar necesariamente como un exceso de actividad motora que se puede observar desde fuera (como en los niños) sino que se puede dar como un estado de inquietud interna, que no podrán ver los demás, pero que sí provoca en la persona nerviosismo, problemas para permanecer sentado y hasta el movimiento repetitivo de manos o pies. Además, suelen hablar mucho y con un volumen de voz muy alto.
Por otra parte, esa hiperactividad se puede traducir también en una actividad constante, en buscar trabajos con una gran demanda de tiempo, e incluso ser adictos al trabajo.
En cuanto a los problemas de atención, el adulto con TDAH presenta problemas para organizarse en cualquier ámbito de su vida, para establecer cuáles son sus prioridades, problemas para enfocarse en una tarea concreta, para planificar tareas, estructurar el tiempo, y así poder terminar en su plazo las tareas que tiene establecidas. Muestran muchos olvidos, pierden objetos con frecuencia y se distraen con bastante facilidad.
Su impulsividad les lleva (por ejemplo) a no poder esperar su turno, a interrumpir a quien está hablando, a tener ataques de rabia o a tomar decisiones importantes de manera muy precipitada.
El TDAH en los adultos puede dar lugar a relaciones personales inestables, un bajo rendimiento en el trabajo o en los estudios, e incluso una baja autoestima.
Tipos de TDAH
En función de cuáles sean los síntomas que predominan, se pueden diferenciar tres tipos de TDAH.
- En uno de los tipos predomina la falta de atención.
- En otro, lo que predomina es la hiperactividad y la impulsividad.
- En el tercero, hay una combinación de todos los síntomas.
Las creencias sobre el TDAH
Por lo general, este trastorno se percibe por la sociedad como algo destructivo y negativo, que se ha estigmatizado. Cuando oímos hablar de un niño hiperactivo, lo que se suele pensar es en un niño que no presta atención, al que le va mal en los estudios, que no se está quieto ni un momento y que es muy difícil de controlar.
Sí es verdad que en el caso de los adultos, su actitud impulsiva puede llevar a la persona a tener adicciones o conductas poco aceptables socialmente. Pero también, y debido a su gran actividad, podría ser que sea una persona con éxitos profesionales y económicos, así como ser alguien con un gran reconocimiento social. Todo dependerá de las circunstancias que rodeen a la persona con TDAH.
Ya sabemos que padecer un TDAH, dificulta gravemente el aprendizaje de niños y adolescentes en el entorno académico. Además, también dificulta la aceptación de algunas reglas de comportamiento a nivel social y laboral. Sin embargo, esto no tiene por qué llevar necesariamente a la persona a fracasos en su vida. Por el contrario, la impulsividad y la creatividad de las personas con TDAH puede llevarles a conseguir grandes éxitos. Todo dependerá de cómo lo gestionen.
Todo lo anterior, se puede llevar a interpretar como cualquier otra cosa, menos como un trastorno de déficit de atención con hiperactividad. Y es por eso por lo que no se suele identificar tan fácilmente en los adultos. Eso sí, cuando se diagnostica en un adulto, es porque ya lo tenía desde que era niño.
El tratamiento para el TDAH en adultos
El tratamiento del TDAH en los adultos es muy parecido al que llevan los niños con este trastorno.
En este caso, se combina el tratamiento farmacológico, con la psicoterapia. Y es que en muchos casos, aparecen problemas psicológicos asociados al TDAH.
Rosa Armas
Psicóloga colegiada T-1670