El sexo de reconciliación

sexo de reconciliación

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Estas escenas es muy frecuente verlas en las películas. Esa pareja que discute acaloradamente, se gritan, se dicen todo lo que piensan el uno del otro; levantan el dedo índice en señal de amenaza o de advertencia, y después de un silencio, se besan apasionadamente y se dan un buen revolcón, que casi llega a ser histórico.

Y claro, la discusión se ha terminado: porque han resuelto sus diferencias con el sexo. 

Esto es lo que se llama el sexo de reconciliación. Lo que no tenemos muy claro, es si esto se da con tanta frecuencia en la vida real como en las películas. Y en ese caso, si esta es la mejor forma de solucionar los conflictos de pareja, o por el contrario, es una práctica que puede ser perjudicial para la relación. 

¿Qué es el sexo de reconciliación?

Como te decía, se suele llamar así a la relación sexual que se da después de que una pareja haya tenido una fuerte discusión, y que, inevitablemente, termina con dicha discusión. 

Por lo general, suele tratarse de sexo muy intenso y explosivo: ya que en ese momento se mezclan las emociones propias de una relación sexual, con las que se habían liberado durante la discusión anterior. 

El sexo de reconciliación, se da con mayor frecuencia en las parejas que tienen altibajos emocionales muy intensos. Esas parejas, probablemente poco estables a nivel emocional, que pasan de estar muy mal, a estar muy bien, en cuestión de segundos. 

¿El sexo de reconciliación funciona con todas las parejas? 

Pues no, parece ser que, el sexo de reconciliación no lo practican todas las parejas, ni a todas les sirve para resolver sus diferencias. 

Las parejas que sí que lo utilizan, suelen ser personas a las que les cuesta mucho pedir perdón. Son parejas en las que falla la comunicación, la capacidad para negociar o para llegar a acuerdos en los momentos de discrepancia. Y entonces, el sexo es la manera más fácil que tienen para resolver el conflicto. En definitiva, es una forma de pedir disculpas, sin haberlas pedido. 

Por el contrario, las parejas que tienen una relación más estable y serena discuten menos, tienen más estrategias de resolución de conflictos, tienen una mejor comunicación; y por tanto, recurren al sexo de reconciliación con menos frecuencia. Es posible que sí que tengan sexo después de un conflicto. Pero no será para solucionar el mismo, puesto que ya lo habrán solucionado de otras maneras. 

Lo bueno y lo malo del sexo de reconciliación. 

Como casi todo, esta práctica tiene sus beneficios: 

  • Según los sexólogos, el sexo de reconciliación no es mejor que el que se practica en cualquier otro momento. Lo que ocurre es que ayuda a liberar todas las emociones que se habían acumulado durante la discusión, y resulta ser un gran alivio para reducir el estrés que ésta había provocado. Al mismo tiempo, ayuda a dejar atrás el “mal rollo” que se había producido en la relación. 
  • Además, estas situaciones, pueden hacer sentir muy bien a las personas que lo practican, ya que las sensaciones que se tienen con el sexo, ayudan a olvidar el mal rato anterior. 
  • Y, a las parejas que recurren con poca frecuencia a esta forma de solucionar los problemas, les puede servir para crear un vínculo más estrecho. 

Sin embargo, no todo son beneficios, también tiene sus inconvenientes:

  • Cuando una pareja no tiene otra forma de resolver sus discrepancias y recurren siempre al sexo para solucionarlas, cuando la negociación o la comunicación brillan por su ausencia, son relaciones que están en serio peligro y que, posiblemente sean relaciones poco sanas. 
  • Por otra parte, algunos sexólogos advierten que esta práctica puede convertirse en una adicción, ya que proporciona mucho bienestar después de un mal rato. Sería algo parecido al subidón que da el consumo de algunas drogas. 
  • Pero además de esto, el sexo en esos momentos se puede convertir en una manera de reforzar las peleas en la relación de pareja. Por lo que no sería raro que éstas aumentaran. 

Visto todo lo anterior, parece claro que el sexo de reconciliación puede ser muy satisfactorio porque ayuda a liberar toda la tensión del mal rato anterior y claro, ayuda también a reconciliarse con la pareja.

Sin embargo, ante una buena discusión, quizás sería mejor sentarse con tranquilidad y hablar del tema que corresponda. Hablar de lo que piensa cada uno, escuchar al otro y llegar a un acuerdo, pedir perdón si se cree que es lo que corresponde, antes de pasar a otras cosas.

Estas son seguramente las mejores maneras de solucionar las discusiones de pareja. Ahora que, si después de esa conversación,  apetece tener sexo, tampoco es una mala forma de  sellar la reconciliación. 

Rosa Armas 

Colegiada T-1670 

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