Qué hacer si tu relación de pareja se ha enfriado

pareja se ha enfriado

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Cualquier relación que tengamos con otra persona, ya sea ésta de pareja o de amistad, pasa por diferentes momentos y estados.  Y, pasado un tiempo, solemos llegar a la conclusión de que ya no es lo mismo que al principio. 

Como te digo, ocurre con todas las relaciones: pero en esta ocasión me voy a centrar en las relaciones de pareja.  

Y éstas, te habrás dado cuenta ¿cambian mucho con los años verdad? Si llevas tiempo con tu pareja estarás de acuerdo conmigo. Suelen ser muy intensas, bonitas e ilusionantes  al principio y en todos los aspectos.  

En ese principio, hay una gran atracción sexual…largas conversaciones con la otra persona por la necesidad de saberlo todo de él o ella. Se llegan a dejar a un lado otros asuntos por querer estar sólo con esa persona, o se cuida mucho el aspecto físico para gustarle a tu pareja; son sólo algunas de las cosas que hacemos al principio de una relación. 

Claro que, con el paso del tiempo, el aumento de las obligaciones laborales, familiares y algunas más, las prisas y, por qué no decirlo, la rutina que también se suele instalar, hará que esa intensidad disminuya de manera notable.

Y entonces, llega un momento en que no sabes si la relación sigue gozando de buena salud; si eres tú que no estás bien del todo, si es tu pareja que ya no te presta la misma atención, o es que hay un desgaste en la relación que se hace necesario abordar. 

¿Por qué se enfría una relación de pareja? 

Pero… ¿por qué ocurre esto? Cómo es posible que hayamos llegado a este punto de desgaste, con lo contentos e ilusionados que estábamos, con todo lo que nos queríamos… 

Hay muchos motivos por los que una pareja se llega a enfriar. Te cuento a continuación algunos de ellos, que son los más frecuentes.

Se ha terminado la fase de enamoramiento

Esto es irremediable. El amor pasa por diferentes etapas. La primera de ellas, el enamoramiento, es la fase más intensa, y es en la que vemos a la pareja como a través de un filtro. Ese filtro, no nos permite ver la realidad del todo, y, lo que vemos en ella es lo que coincide con nuestras expectativas. 

Es más adelante, cuando vemos realmente cómo es esa persona, con sus virtudes y sus defectos. Y es aquí, donde muchas personas podrían tener dudas de si es esa la pareja que realmente quieren tener para toda la vida. 

La rutina se ha instalado en la relación 

Ya no somos dos, ahora somos tres, si contamos a la rutina que siempre está presente. Cuando todo en la relación de pareja, se vuelve rutinario y monótono, las actividades diarias, las conversaciones, los horarios y hasta el sexo, cuando se pierde la espontaneidad, las actividades imprevistas, los proyectos y la ilusión, es muy probable que se produzca un enfriamiento en la relación. 

El aumento de los conflictos y las discusiones 

Es normal que una pareja discuta, ya lo sabes. Discutir es hasta saludable, porque si una pareja está absolutamente de acuerdo en todo, y siempre lo más probable es que uno de los dos esté pensando por los dos, y el otro simplemente obedezca. 

Pero, cuando se discute todo el día y por todo, cuando no se está de acuerdo en nada y cada uno tiene una prioridad propia y ninguna en común, es muy probable que termine habiendo un distanciamiento y una frialdad, que puedan terminar en la ruptura. 

Qué señales te pueden indicar que hay un desgaste en la relación

Hay algunas señales que pueden indicarte que la cosa no va bien del todo, y por tanto, como mínimo habrá que sentarse y hablarlo, o pedir ayuda profesional si se considera oportuno. 

Atendiendo a los motivos que te contaba, acerca de por qué se produce ese enfriamiento, no es difícil detectar las señales del mismo.

La molestia y la incomodidad aumentan

Al principio de la relación, todo lo que hace o dice la pareja nos gusta, nos parece divertido, ocurrente, interesante o atractivo. Esto es fruto de ese filtro del que te hablaba. 

Cuando ha pasado algo de tiempo, es muy frecuente que ciertas actitudes o comportamientos de la pareja nos lleguen a molestar. El problema es que, si hay un desgaste, cada vez nos molestan más cosas de las que hace o dice. 

Los reproches, también

Otra de las señales, es cómo le decimos a nuestra pareja que algo no nos gusta o nos ha molestado. Como decía, en un primer momento no nos molesta nada, gracias a ese filtro del que te hablaba, con el que sólo vemos lo que nos gusta. 

Con un poco de tiempo, podremos ver aspectos que nos desagradan y, es probable que lo hablemos con la pareja. Pero, cuando ha pasado aún más tiempo y hay un desgaste en la relación, lo frecuente es utilizar el reproche, e incluso  la ironía para expresarle a la otra persona nuestra molestia. 

Frases del tipo “claro como tú siempre tienes la razón…” “como aquí hay que hacer lo que tú digas….”o “tienes tiempo para todo el mundo menos para mi” por ejemplo. Las expresiones de este tipo, como te imaginarás, pueden ser cualquier cosa menos un intento de negociar. 

Poca comunicación

Por otra parte, las conversaciones de ahora, no son ni parecidas a las del principio. Claro que esto no es tan extraño, puesto que ya conocemos a esa persona y no hay tantas cosas que preguntar, ni tantas que contar. Lo malo es que, cuando la relación sufre cierto desgaste, se pasa al extremo contrario. Es decir, se habla de lo que es estrictamente necesario y poco más. Parece que en esos momentos, deja de interesar “cómo te fue el día”, “qué tal hoy en el trabajo”, “cómo estás hoy”, “te noto algo triste, te pasa algo?”… 

Cuando todas estas frases desaparecen, y sólo se habla de lo que no queda más remedio que hablar, es una señal de que hay algo que no va bien del todo. 

Ya no existen los detalles

Sobra decir que, esas llamadas y mensajes constantes que se hacen en un principio, desaparecen casi por completo. Es evidente, si ya casi no se habla de nada estando en persona, mucho menos se hará por teléfono o por mensajes.

Además de esto se deja de tener todo tipo de detalles con la pareja, ya sean detalles materiales o emocionales. 

Sacar los trapos sucios al aire constantemente

Puesto que cada vez hay más cosas de la otra persona que molestan, es muy frecuente que en una relación deteriorada, se haga incapié y se le recuerden al otro, todas las cosas que hace mal y los errores que haya podido cometer. Cada vez son menos los halagos o las muestras de cariño y más los reproches. Esto termina siendo un auténtico suplicio, que no es soportable.

El sexo desaparece

Otro de los comportamientos que desaparece en estas relaciones es el contacto físico. Deja de haber caricias, deja de haber besos, pero es que, prácticamente ni se miran el uno al otro. Como consecuencia de esto, o mejor dicho, como consecuencia de ese desgaste, se deja también de tener relaciones sexuales. 

Está claro que la cantidad de relaciones íntimas que se tienen, es mucho más frecuente al principio de la relación, ya que, en ese momento, hay una gran atracción física. Pero, cuando hay un desgaste en una relación de pareja, la sexualidad desaparece casi por completo. Se ponen excusas para evitar ese acercamiento, o aún peor, se llega a la infidelidad. 

Discusiones constantes

Otra de las señales que indican que la relación necesita al menos ser revisada, es que se discute, se discute y se discute. Ya no se tiene con la pareja ni la mitad de la paciencia que se tenía al principio, y esto se traduce en que la mínima frase, el mínimo gesto, y muchas veces, hasta nada,  provocan una tremenda discusión.

De forma algo más resumida, se podría decir que, en una relación de pareja que empieza a tener cierto desgaste, se ha perdido la capacidad de negociar con el otro, la comunicación y el diálogo, y la capacidad de disfrutar con la otra persona. 

Con todo lo anterior, podrás valorar si tu relación goza aún de buena salud, o por el contrario, será necesario revisar algunas cosas. Quizás estés pensando que, con el paso de los años, todo esto es lo normal. Pues no, digamos que puede ser lo frecuente, pero no es lo normal. 

Y, cuando empieza a ser lo frecuente, cuando empieza a verse como algo normal, será necesario sentarse y valorar que es lo que está pasando y cómo se podría solucionar. Para lo cual, siempre puede venir bien pedir ayuda psicológica

¿Qué hacer cuando una relación de pareja se enfría?

Una vez que se llega a tener conciencia de que la relación se ha enfriado, que ya no se parece en nada a la que se tenía en principio, es muy difícil quedarse con los brazos cruzados y hacer como que no ocurre nada.

Pero, tal vez la pregunta sea ¿qué hago en este caso? ¿cómo podemos solucionarlo? Quizás los siguientes consejos te puedan ayudar.

Valorar tus sentimientos

Primero que nada y lo más importante, es que valores cuál es el sentimiento que tienes por tu pareja. Porque, si lo que sientes no es amor de pareja, si ese sentimiento lo tuviste pero ha desaparecido, quizás no merezca la pena hacer el esfuerzo de intentar solucionarlo. Y digo intentar, porque si no hay amor, es difícil que se solucione.

Valorar cuál es tu sentimiento, parece algo fácil de hacer, pero no lo es tanto. Muchas veces, confundimos el amor con cariño, con costumbre, con dependencia, o con la necesidad de estabilidad, entre otras cosas.Así que deberás valorarlo con detenimiento. 

Si tu conclusión es que ya no sientes el amor que sería necesario para continuar la relación, y es por ese motivo por el que ésta se ha llegado a enfriar, posiblemente la ruptura sea la mejor de las decisiones.

Identificar las fallas

Si por el contrario, tienes claro que es amor lo que sientes, sería bueno que pensaras en qué es exactamente lo que está fallando en la relación.

¿La comunicación entre ambos es escasa? ¿O es que la forma de comunicarse es inadecuada? ¿Las prioridades de cada uno son muy diferentes? ¿Hay demasiada rutina y necesitas un cambio?…estos son sólo algunos ejemplos: pero pueden ser muchos motivos más, cada pareja tendrá los suyos.

Cuando tengas claro qué es lo que falla en la relación, háblalo con tu pareja. Quizás ella está de acuerdo con lo que piensas, pero tal vez lo ve de otra forma y considera que son otros los motivos de ese desgaste.

Conocer lo que piensa tu pareja, también te servirá para poder llegar a acuerdos de posibles soluciones. 

Negociar

Sea como sea, ahora toca sentarse y negociar. “Negociar”, es la palabra mágica en una relación de pareja, sobre todo, en una relación en la que hay conflictos.

Y negociar significa, llegar a un acuerdo sobre qué es lo que puede poner cada uno de su parte, qué es lo que deberá cambiar cada uno, para que se lleguen a solucionar los motivos de conflicto en esa relación.

Además de abordar juntos esos motivos, hay algunas otras cosas que te pueden ayudar, sea cual sea el conflicto. Y son, tener una buena comunicación, no sólo hablando mucho, sino también hablando de manera adecuada, con respeto, serenidad y evitando los reproches. Dejando que la otra persona se exprese antes de hablar tú, no levantar la voz, escuchar atentamente cuando hable el otro y evitar la ironía y la burla, son aspectos que facilitan la comunicación. 

Salir de la rutina

Romper con la rutina también es una buena idea. Haciendo cosas y planes nuevos, siendo más espontáneo, preparando alguna sorpresa de vez en cuando, volviendo a esos pequeños detalles que tenías al principio y que se han abandonado…

Realizar alguna actividad los dos juntos, independientemente de que cada uno pueda tener sus hobbies por separado, ayuda también a reforzar el vínculo, a aumentar la ilusión  y a tener mayor complicidad.

Rosa Armas 

Colegiada T-1670 

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