Sin duda, todos hemos dicho alguna vez aquello de “pues dos trabajos tiene, enfadarse y que se le quite” cuando hemos sabido que alguien que conocemos se había enfadado.
Claro que esto en un momento puntual no tiene mayor importancia. Cuando sí que la tiene, es cuando ese enfado es casi permanente. Es posible que conozcas a alguien así: esa persona de la que todos dicen que es algo gruñona. O quizás eres tú a quien alguna que otra vez le han dicho que eres un poco cascarrabias.
Todos habremos conocido a alguien que, parece estar permanentemente enfadado, todos los días y a todas horas. No sabemos si por algo en concreto, si con alguien en concreto, o con el mundo entero.
Esas personas con las que llega a darte hasta apuro hablar; porque su manera de interactuar con los demás tiene siempre un tono de enfado, y no dudan en expresar ese enfado con descalificaciones o malos modos a cualquiera que se les ponga por delante.
Es evidente que enfadarse es una reacción bastante normal y frecuente, que además tiene la función de ayudarnos a poner límites y expresar a los demás aquello que nos molesta; sin olvidarnos de que puede servirnos también para liberarnos de la tensión que hayamos podido acumular.
Otra cosa bien diferente es estar enfadado con todo el que te encuentres, a cualquier hora del día. Es lo que podríamos llamar enfado crónico.
El enfado crónico
Ya lo decía Aristóteles: “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso ciertamente no resulta tan sencillo”.
Como te decía, enfadarse es una reacción bastante normal además de saludable, en ciertas ocasiones. Nos permite poner límites a los demás, nos sirve para reaccionar ante una injusticia, y nos ayuda a liberar tensiones que hemos podido acumular. Claro que tendríamos que intentar que ese enfado no dañe a otras personas.
Sin embargo, hay personas a quienes el enfado les puede durar algo más que un momento o que unos días. Se podría decir que ese es su estado natural. Estas personas que como te decía todos conocemos alguna, están siempre de mal humor. Son los típicos cascarrabias permanentes, a los que todo les molesta y no sonríen ni haciendo el esfuerzo.
Son esas personas que han hecho de ese estado su manera de funcionar, su forma de enfrentarse a cualquier situación. Hasta la cosa o situación más simple les produce fastidio, y no tardan nada en perder la paciencia: con lo que son personas algo incómodas y difíciles de tratar.
Lo más curioso de las personas con enfado crónico, es que no están enfadadas con alguien en concreto; ni tampoco lo están por algo en concreto, simplemente están siempre enfadados… con la vida.
Claro que mantener este simpático estado durante mucho tiempo, termina por tener algunas consecuencias. Por una parte, tiene consecuencias para la salud física: como puede ser la tensión alta, o dolores de cabeza, por ejemplo.
Hay estudios que relacionan el enfado crónico con enfermedades de tipo coronario. Pero también para la salud mental: ya que las personas con enfado crónico tienen una mayor cantidad de emociones negativas, y esto les produce a largo plazo tristeza y hasta depresión.
Pero la consecuencia más evidente es, sin duda, la mala relación que pueden tener con las personas que les rodean. El hecho de perder la paciencia y el control con tanta facilidad, hace que no traten demasiado bien a los demás; con lo que los demás se terminarán por alejar de ellos. No son precisamente de las personas que transmiten energía positiva y de las que todos preferimos rodearnos.
Cuáles son las causas del enfado crónico
Tiene que haber una explicación, o más de una, de por qué una persona se puede mantener en ese estado por tanto tiempo. Como en casi todo, no hay una única causa: hay varias posibles. Y por si te hubieras identificado con el enfado crónico, te explico cuáles son esas posibles causas.
Si no estás a gusto con tu vida
Esta es una de las posibles causas del enfado crónico. Cuando tienes unas expectativas acerca de cómo te gustaría que fuera tu vida y éstas no se cumplen, puedes sentir un gran enfado: eso es lo normal.
Pero cuando en lugar de cambiar tus expectativas para que se ajusten mejor a tu realidad, y lo que esperas es que el resto del mundo cambie para que tus expectativas se cumplan, puedes terminar enfadado con el mundo…porque no hace nada para complacerte.
Si hay algo que te produce sentimiento de culpa
Cuando hemos cometido algún error, solemos enfadarnos con nosotros mismos; eso también es normal. Pero cuando cometemos un error que no conseguimos aceptar, porque aceptarlo sería como echar por tierra la buena imagen que tenemos de nosotros mismos, podemos llegar a sufrir un enfado crónico. Por lo tanto y en ese caso, será mejor que lo aceptes y te perdones por él.
Si te sientes vulnerable
Algunas veces, el enfado crónico está escondiendo otras emociones, con las que una persona se puede sentir más vulnerable: como son el sufrimiento, la tristeza o el miedo, por ejemplo. Estas emociones sin duda pueden hacernos sentir más frágiles; con lo que hay personas que las esconden detrás del enfado, para sentirse más protegidas.
Si no te aceptas a ti mismo
Todos hemos desarrollado una imagen aproximada de cómo debemos ser, o de cómo queremos ser. Sin embargo, cuando lo que hacemos es autoexigirnos demasiado, puede que no lleguemos a alcanzar ese ideal que nos hemos creado.
Si esto ocurre, y actuamos con nosotros mismos como jueces implacables, nos vamos a sentir muy insatisfechos con nosotros mismos. En este caso, tu enfado estaría dirigido ni más ni menos que hacia ti mismo, aunque tú no seas consciente de ello.
Cómo superar el enfado crónico
En el caso de que esto te ocurra a ti, debes saber que aunque el enfado lo descargues con los demás, es a ti mismo a quien más daño le puede hacer.
En este caso, no hay herramientas concretas para superarlo: tendrías que encontrar cuál es la causa de tu enfado permanente, qué es lo que no va bien dentro de ti. Cuando la hayas encontrado, será más fácil ponerle remedio.
Porque echar la culpa a los demás de todo lo que te ocurre, no solucionará el problema. Y es que tu bienestar depende exclusivamente de ti mismo.
Independientemente de cuál sea la causa que te provoca ese enfado constante, hay algunas cosas que podrías hacer:
- Una de ellas puede ser, no dejar que se acumule tu enfado y gestionarlo adecuadamente en el momento en que aparezca y con la persona con quien te hayas enfadado.
- Piensa en cuál es el motivo exacto que ha hecho que te enfades y qué es lo que necesitarías para reducirlo. Puede ser hablar con quien crees que es el responsable de tu enfado, pero también podría ser que no haya un responsable. En cuyo caso, haz algo que pueda evitarte esa emoción, que no tendrá ningún sentido y te hará mucho daño.
- Por último, siempre viene muy bien hacer algo de ejercicio físico; o alguna actividad que te sea gratificante. Esto también reduce la intensidad del enfado.
Cómo hablar con alguien que está enfadado contigo
Dejando a un lado a esas personas que siempre están enfadadas: hay otras que no lo están siempre, pero sí que se han podido enfadar con nosotros por algún motivo concreto.
Somos humanos y a veces nos pasa. Nos pasa que nos equivocamos, metemos la pata y, como consecuencia de ello, hay alguien cercano a quien queremos que se enfada con nosotros. En ese caso, y si es una persona que realmente te importa, tendrás que hablar con ella e intentar arreglar las cosas.
Pero claro: una persona que está enfadada, podemos decir que no está en su estado normal. Con lo que es conveniente elegir muy bien lo que le decimos; porque quizás lo que digamos pueda hacer que las cosas empeoren aún más.
No importa si tiene razón en su enfado, o si no la tiene. O incluso si la tiene, pero la cosa no fue para tanto enfado. Lo importante es que algunas cosas de las que digamos pueden servir para echar más leña al fuego, mientras que otras servirán para encontrar soluciones.
Y eso es lo que te quiero contar ahora; qué decir y qué no decir a una persona que se ha enfadado contigo.
Qué es lo que no debes decirle a una persona enfadada
Voy a empezar por aquello que es mejor no decir en esa situación, porque podría empeorar las cosas y hacer que esa persona se enfade aún más.
No le digas que se calme
Esas expresiones que solemos decir a alguien que está enfadado como por ejemplo “tranquilo”“cálmate”, o “no te pongas nervioso” sólo harán que se enfade más ¿O acaso tú has dejado de estar enfadado alguna vez cuando te han dicho que te calmes?
No podemos controlar un enfado así porque sí: por lo tanto, que nos digan que nos calmemos es como poner en duda nuestra capacidad de autocontrol…lo que hará que nos enfademos aún más.
Es como si el otro estuviera diciendo que no tenemos motivos para enfadarnos; como si esa emoción que sentimos, hubiera surgido sin motivo, como si no tuviera razón de ser. Además de esto, al decir “cálmate” le estás dando una orden: y ya te digo yo que no es el mejor momento para eso.
No le digas “cuando te hayas calmado hablamos”
Esto por la misma razón que el punto anterior. Porque cuando alguien está enfadado, no se puede calmar así porque sí. Lo que necesita una persona que se ha enfadado contigo por algo en concreto, es hablar de lo que ha ocurrido. Después de eso se podrá calmar; pero no lo hará antes, y menos porque tú se lo digas.
No le digas «no es para tanto»
No le digas que no es para tanto, ni que tú no te enfadas nunca de esa manera. Esto también le enfadará más. Porque ni esa persona es igual que tú, con lo que no le enfadarán las mismas cosas que a ti, ni eres tú quien debe decidir si ha sido para tanto o no lo ha sido.
A cada uno le molesta lo que le molesta. Así que no valores su grado de enfado, porque no podrás ser objetivo.
No hagas bromas
Si has pensado por un momento hacerte el gracioso y hacer una broma de la situación, será mejor que deseches la idea. Puede que para ti sea gracioso lo que digas, pero a alguien que está molesto y enfadado contigo, es muy probable que no se lo parezca.
Con todo lo anterior, o con expresiones de ese tipo, no podrás solucionar el problema. Lo que es más probable que consigas es que esa persona se enfade más, porque con ninguna de ellas le estarás expresando comprensión ni empatía.
Qué es lo que sí debes decirle a una persona enfadada
Como te decía, hay algunas cosas que puedes decirle, que sí que te servirán para solucionar el conflicto. Con las que te cuento a continuación, le darás a entender a esa persona que le estás comprendiendo y que estás dispuesto a solucionarlo.
Pregúntale qué es lo que le ha molestado
Con esta pregunta sí que estás demostrando interés por comprenderle, mucho más que si le dices que se calme. Le estás dando la opción de desahogarse y explicarte qué es lo que le ha molestado.
Escúchale de manera activa
De manera activa quiere decir que, con tu actitud, esa persona no tenga dudas de que le estás escuchando. Déjale que termine de hablar, mírale mientras está hablando. Asiente con la cabeza cuando sea necesario, no mires a otros sitios y mucho menos al móvil.
Hazle preguntas para aclararlo mejor
Si hay alguna cosa con la que te han quedado dudas de lo que te ha dicho, hazle preguntas concretas sobre ello, para que puedas tenerlo todo muy claro.
Haz un breve resumen
Una vez esté todo claro, haz un breve resumen de lo que te ha dicho: “por lo que me cuentas, lo que te ha molestado exactamente ha sido….” Esto le demuestra a la persona que efectivamente le has estado escuchando con atención.
Expresa tu comprensión y agradece su sinceridad
Por una parte, exprésale tu comprensión acerca del sentimiento que tiene en ese momento. Es suficiente con decir “entiendo que estés molesto” Por la otra, dale las gracias por haberte dicho a la cara, y no a tus espaldas, qué es lo que le había molestado.
Esto último facilita mucho la solución del conflicto: ya que una persona que está molesta contigo, no espera para nada que le agradezcas habértelo contado.
Pregúntale qué desea que hagas al respecto
Por último, pregúntale qué necesita o de qué manera prefiere resolver el problema. Puesto que es esa persona la que se ha enfadado, es justo saber de qué manera le gustaría a ella resolver el conflicto. Una vez que te lo diga, también puedes darle tú alguna otra opción.
Rosa Armas
Colegiada T-1670.