Todos, sin excepción, queremos conseguir el éxito: queremos lograr nuestras metas y objetivos. Sin embargo, es curioso que en muchas ocasiones nos pongamos barreras a nosotros mismos que nos impidan alcanzar aquello que nos habíamos propuesto.
Es por lo general miedo a tener éxito, aunque puede haber otros motivos que harán que no podamos cumplir lo que queríamos.Y como consecuencia, que afecte a nuestra confianza y autoestima. Es por esto que muchas veces se oye eso de que somos nuestros peores enemigos.
Y si no, seguro que te suena haber dicho alguna vez algo parecido a «si es que yo sé lo que debería hacer, pero no lo hago”. Es posible que sí, que lo hayas dicho muchas veces y que lo hayas hecho otras tantas. Es curioso pero muchas veces ocurre.
Sabemos lo que deberíamos hacer, lo que es mejor para nosotros, pero no lo hacemos e incluso hacemos todo lo contrario. Es el autoboicot o autosabotaje, y es de lo que quiero hablarte en esta ocasión.
Qué es el autoboicot
El autoboicot consiste exactamente en ponernos piedras en el camino. Es decir, ponernos obstáculos a nosotros mismos, con los que logramos no alcanzar nuestros deseos o nuestros objetivos, y por lo tanto, no logramos avanzar.
Para que me entiendas mejor, es por ejemplo querer aprobar un examen, pero pasar el día perdiendo el tiempo y no ponernos a estudiar. Es tener el objetivo de perder peso, pero terminar comiendo más de la cuenta. O apuntarte al gimnasio porque sabes que te irá bien hacer algo de ejercicio, y al final pagar el mes por haber ido dos días.
Estos son ejemplos bastante cotidianos: pero podemos actuar así con muchas otras situaciones, incluso con situaciones que sean muy importantes para nuestro éxito. Como por ejemplo, no acudir a una entrevista de trabajo, por pensar que no estamos a la altura de ese puesto y que no nos lo van a dar.
Todas esas conductas, con las que vamos retrasando el poder alcanzar los objetivos que nos hemos puesto, nos van haciendo sentir mal; nos hacen sentir culpables y claro, terminan por afectar a nuestra autoestima. Y es que no hay nada mejor para subir la autoestima, que ponernos metas y alcanzarlas.
Por qué nos boicoteamos
Pero claro, la gran pregunta es entonces ¿por qué hacemos algunas cosas, o no hacemos algunas otras, si sabemos que no es lo mejor para nosotros?.
Se supone que nuestra conducta estará siempre enfocada a conseguir nuestro bienestar, que siempre irá dirigida a conseguir aquello que queremos, y, parecería que cuando nos boicoteamos no fuera así.
Sin embargo, en estos casos, es como si dentro de nosotros hubiera un pequeño ángel y un pequeño diablillo. El angelito te diría lo que debes hacer para estar bien a la larga, el diablito te diría lo contrario, porque buscaría tu bienestar más inmediato.
Las posibles causas del autoboicot son las siguientes:
Por pereza
Esta suele ser la principal causa del autoboicot. Tenemos objetivos, metas a conseguir, pero eso requiere un esfuerzo claro está, y no siempre estamos dispuestos a hacerlo.
Si la recompensa no es inmediata, es muy probable que no hagamos el esfuerzo. Por eso, vamos procrastinando, dejando para después o para mañana, a la vez que retrasamos ese objetivo. El pequeño diablillo te diría que ya es tarde, que mejor empieza mañana, que hace mucho frío o que la semana que viene sin falta,…
Por miedo
Sí, también el miedo puede ser una causa del propio boicot. El miedo al cambio, que es muy habitual tener. El miedo a lo desconocido.
A pesar de que tengamos metas que querríamos conseguir, es posible que en el fondo, nos produzca cierto miedo ese cambio al que aspiramos. Y claro, ese diablillo interior, intentará protegerte de ese cambio, de eso que es nuevo para ti, e intentará que te quedes en lo que ya conoces, es decir, en tu zona de confort.
Por ideas derrotistas
La creencia de que ese objetivo no lo vamos a conseguir, de que es probable que fracasemos, de que a pesar del esfuerzo que hemos hecho no va a salir bien, es otro motivo para ir retrasando hacer eso que sabemos que tendríamos que hacer.
Por supuesto, no tener una buena autoestima y tener una gran inseguridad, están detrás de estas ideas de fracaso. Pero también el perfeccionismo, ya que un perfeccionista, prefiere no hacer algo antes que hacerlo imperfecto. Tu diablillo vuelve a intervenir, y te protege del fracaso, de la frustración, de la decepción.
Como ves, hay una parte de ti que sabotea a la otra parte. Una de ellas sabe lo que tendrías que hacer para conseguir lo que quieres, la otra, te dice todo lo contrario, buscando tu bienestar más inmediato.
Cómo puedes evitar el autoboicot
Boicotearnos a nosotros mismos, es algo muy frecuente que todos hemos hecho alguna vez. Por suerte, hay algunas cosas que puedes trabajar, si es que consideras que es algo que haces mucho y que al final te termina por perjudicar.
- Para empezar, sería conveniente que averiguaras cuál es la razón de ese boicot que te haces. Es el miedo a fracasar? Tienes la certeza de que no saldrá bien? O es que ese objetivo supondrá un cambio en tu vida que te asusta? Sabiendo cuál es la causa, podrás ponerle remedio con mayor facilidad.
- Para detectar esto, te ayudaría estar pendiente de tus pensamientos, o lo que es lo mismo, estar pendiente de lo que dice el diablillo. Como por ejemplo, mañana empiezo, no creo que pueda hacerlo, me merezco un premio, o alguna otra cosa por el estilo, que ponga en peligro tus objetivos.
- Por otra parte y si es esa la causa, es una buena idea reforzar tu autoestima para mejorar las creencias que tienes acerca de tus habilidades y capacidades. De esta forma, podrás evitar las ideas derrotistas de que no saldrá bien, o de que vas a fracasar.
- También puedes trabajar el perfeccionismo, si es que es ese el motivo por el que te boicoteas. Hablamos hace algún tiempo de “qué hacer si eres perfeccionista”.
- Además, puedes trabajar tu miedo a los cambios, planteándote metas. Planteándote metas pequeñas, para ir después planteándote otras un poco más ambiciosas. Para hacer esto, deberás ser realista y plantearlas de acuerdo a tus posibilidades. Esos cambios de manera progresiva, podrán reducir tu miedo a los cambios más grandes.
Si la realidad es que, eso que no logras conseguir, no te produce miedo, ni tampoco la idea de que saldrá mal, sino que simplemente se trata de algo de pereza, pero aún así te hace sentir culpable, para esto no hay recetas. En este caso, tendrás que hacer el esfuerzo si quieres conseguirlo, crear hábitos que te permitan llegar a esa meta, pero sobre todo, ponerle mucha voluntad. Sin duda, alcanzarlo te hará sentir mucho mejor contigo mismo.
Rosa Armas
Colegiada T-1670.