Qué romántico se percibe eso de enamorarse de alguien que no nos corresponde, y luchar contra viento y marea por ese amor que sabemos que es imposible. Pero además de muy romántico, puede llegar a ser igual de doloroso, o más.
Y sin embargo, es tan frecuente que ocurra… A ti te ha pasado ¿verdad? Sí, claro que sí, y a mí, y tal vez tendríamos que decir ¿y a quién no?
A quién no le ha pasado haberse enamorado de una persona que tiene ya pareja y no tiene ninguna intención de dejarla…o bien enamorarse de alguien que no tiene pareja, pero que no se enamora de nosotros ni haciendo el esfuerzo. O incluso, enamorarse de alguien con una gran diferencia de edad.
Está claro que no podemos evitar enamorarnos, no es algo racional que hagamos de manera premeditada un día y a una hora concreta. Y alguna que otra vez, hemos puesto ese sentimiento en la persona menos apropiada.
Claro que como te decía al principio, amar de manera incondicional a alguien que sabemos a ciencia cierta que nunca nos va a corresponder, puede sonar tremendamente romántico, casi de película. Lo que ocurre es que, también puede ser tremendamente devastador.
Devastador: porque eso que vemos en las películas y telenovelas, de que pese a las dificultades, impedimentos y oposiciones de otras personas, el amor termina triunfando y todo tendrá un final feliz…no siempre se corresponde con la realidad, ni mucho menos.
Y, aunque esto lo sabemos muy bien, seguimos esperando que el cielo se apiade de nosotros, y se produzca el milagro.
Tal vez esta sea una de las razones por las que nos mantenemos mucho tiempo con la esperanza, la idea muy arraigada de que el amor tiene tanto poder que siempre gana. Pero la realidad nos ha demostrado que, el que la sigue, no siempre la consigue.
Por qué nos enamoramos de lo imposible
La pregunta exacta no sería por qué nos enamoramos de lo imposible, porque como decía, enamorarse no se puede evitar.
Tal vez la pregunta correcta es, por qué nos mantenemos ahí, por qué seguimos intentándolo o esperando el milagro cuando sabemos que es un imposible. Porque lo sabemos, sabemos que no todos los amores serán posibles, y no por todos merece la pena pelear. Algunas de las causass de que lo sigamos intentando son las siguientes.
Por romanticismo
Una de las razones ya te la adelantaba antes, y es, la creencia de que cuanto más difícil nos resulta poder conseguir a la persona que queremos, más romántico nos parece. Esa creencia de que el amor siempre gana, de que al final tendremos nuestra recompensa, de que el amor mueve las montañas y de que cualquier impedimento se podrá finalmente superar, es la que nos hace mantenernos en ese imposible.
Desde luego que, esto puede ser muy romántico es verdad, pero es también muy poco práctico.
Por miedo a las relaciones
Otra de las causas, y esto le ocurre a muchas personas, es evitar tener una relación amorosa. Sí, como lo oyes ¿Parece contradictorio verdad? Pues es más frecuente de lo que crees.
El miedo al compromiso, el miedo a tener relaciones íntimas con otra persona, y algún que otro miedo, pueden hacer que una persona tienda a enamorarse, de forma inconsciente, de imposibles…de personas que sabe que le van a rechazar y que nunca van a tener. Y de esta manera, evitar esas situaciones que tanto miedo le producen.
Por «el valor» de la persona
Otra de las razones que explica muy bien el mantenimiento de estas situaciones imposibles, es que una persona inalcanzable, aumenta su valor…su valor emocional claro está.
La explicación que te hará entender esto muy bien la propone el psicólogo Roy Baumeister de la Universidad de Florida, y es la siguiente: cuando cualquier objeto material es muy caro y te cuesta mucho adquirirlo, se convierte en un artículo de lujo que llama mucho tu atención…“los recursos limitados aumentan su precio y los recursos abundantes lo disminuyen”.
Pues bien, lo mismo ocurre con las personas. Cuanto más cuesta conseguirla, más esfuerzo y más empeño le ponemos, porque se convierte en un “artículo de lujo”. Es algo prohibido y eso nos atrae más .
Porque es un reto
El gusto por los retos y los desafíos es otra explicación de por qué nos atrae más lo que es imposible. Hay personas que prefieren estar y vivir tranquilos, les va bien la rutina que tienen. Hay otras en cambio, que necesitan plantearse retos para sentirse bien.
Y desde luego, no se me ocurre un reto mejor que enamorarse de una persona que es imposible de alcanzar. Claro que ese gusto por los desafíos también puede traer mucho sufrimiento.
Algunas veces ocurre que te enamoras de una persona que ya sabes de antemano que no podrás conseguir. Pero puede que esa persona te preste algo de atención, no es necesario que sea mucha la atención, con cualquier cosita te basta para mantener la esperanza de que pueda llegar a ser más. Sin ninguna duda, conformarse con migajas escondería una carencia afectiva importante.
Cómo puedes olvidar a un amor imposible
No es fácil, claro que no, pero sí que se puede hacer. Por supuesto, estás en tu derecho de seguir esperando por esa persona toda la vida: lo que ocurre es que esto no es demasiado práctico y posiblemente tampoco te haga feliz, sino todo lo contrario.
Para empezar, sería buena idea poner los pies en la tierra. En primer lugar porque está claro que si no puede ser, no puede ser y además es imposible.
Pero también, porque muchas veces tampoco conocemos a esa persona tanto, como para creer que es la persona que buscamos. De hecho, hay ocasiones en que al conocerla un poco mejor, nos damos cuenta de que no; de que no es la persona adecuada y que la hemos idealizado, precisamente por no poder alcanzarla.
Por otra parte, y esto también con los pies en el suelo, analiza las posibilidades reales que tienes de que esa persona termine por ser tu pareja. Si ves que éstas son muy pocas, si lo ves claramente, el sentimiento que tienes no desaparecerá por arte de magia…claro que no. Pero sí que podrás dedicar tu tiempo y tu atención a otras personas, con las que sí puedas tener alguna oportunidad, y que quizás alguna de ellas sí que sea la persona ideal, al menos para ti.
Así que ofrécete a ti mismo esa oportunidad, la oportunidad de conocer a alguien que sí que pueda ser, que sí que te corresponda y con la que puedas ser, al menos, un poco más feliz.
Rosa Armas
Colegiada T-1670