Los padres que ejercen maltrato psicológico a sus hijos en la edad adulta, existen y son más frecuentes de lo que parece. Hijos que como te digo son adultos, y que en muchos casos están ya independizados., pero que siguen manteniendo ese vínculo con sus padres. Porque este tipo de trato hace que se mantenga la dependencia y hasta el afecto, aunque éste sea perjudicial.
Frases que provocan una gran inseguridad, comparaciones con las que el hijo/a siempre sale perdiendo, chantaje emocional, críticas que son cualquier cosa menos constructivas, comentarios que hacen mucho daño, victimismo, manipulación, y más cosas de este tipo; que pasan casi inadvertidos y que no hacen más que hundir la autoestima de esos hijos, además de afectar a su salud mental.
Se dan mucho estas situaciones…sí, aunque te cueste creerlo, es muy frecuente que exista el maltrato psicológico de padres, madres (o ambos) a hijos adultos.
Quizás esto te sorprenda, o tal vez no, tal vez conozcas a alguien que lo sufre. Pero, quizás si has llegado hasta aquí sea porque eres tú quien lo sufre, o al menos, tienes la sospecha de que lo sufres y no sabes qué hacer.
El maltrato psicológico de padres a hijos adultos
El maltrato psicológico se define como cualquier conducta que está orientada a controlar y subyugar a otra persona, mediante el uso del chantaje, el miedo, la humillación, la manipulación, la desaprobación y la proyección de sentimientos de culpa.
Como te digo, esto existe y es frecuente. De hecho, me he decidido a escribir sobre ello por una persona que contactó hace poco con nosotros, una persona adulta e independizada del hogar paterno, que lo ha sufrido y lo sigue sufriendo. Cuando estas conductas se mantienen durante años, sin duda tienen un tremendo impacto en la autoestima y la seguridad de la persona que las sufre.
Claro que cuando se da el maltrato psicológico por parte de los padres a los hijos adultos, no es en la edad adulta donde se inició, como te supondrás, sino que viene ya desde la infancia. Y es que muchas personas no son capaces de romper el vínculo con esas relaciones que hacen daño, y que se arrastran toda la vida; provocándoles problemas muy serios en todos los ámbitos de su vida. Lo peor de todo esto es que como son conductas que la persona ha vivido siempre, las llega a interpretar como conductas normales y no como dañinas, aunque en el fondo sepa que lo son.
Pero aún siendo consciente, o por lo menos medio consciente de que existe ese maltrato, no es tan fácil romper el vínculo con el progenitor que lo ejerce. Por el contrario, ese vínculo se mantiene porque se llega a desarrollar una gran dependencia emocional con esa persona, que hace imposible poner distancia con ella. Pero además, es que se trata de la madre, o del padre, con lo que esto se hace más difícil todavía.
¿Cómo saber si un padre o una madre es un maltratador psicológico?
Ya te adelantaba más arriba, muchas de las actitudes de un padre o una madre maltratador/a. Pero aún hay más actitudes a las que puedes estar pendiente.
- Te castiga, te reprocha y te recuerda, si puede toda la vida, ese error que cometiste en un momento determinado.
- Pero además, esos reproches, no tiene ningún problema en hacerlos delante de quien sea.
- Nunca dan muestras de afecto, ni besos, ni abrazos, ni nada que se le pueda parecer.
- No apoya tus decisiones, sean éstas las que sean. Es más, te comparará con alguien que tú conoces y que “sí que lo hace todo bien”.
- Todo esto, sumado como te decía, a chantajes, manipulaciones, culpabilización, críticas, etc.
Cuáles son las consecuencias de este maltrato a los hijos
Como te decía más arriba, este trato continuado durante años, produce unos efectos muy nocivos en la vida de la persona que los sufre.
- Para empezar, se desarrolla una fuerte dependencia emocional hacia el progenitor que maltrata. Y tú dirás, cómo se puede desarrollar una dependencia hacia alguien que te trata tan mal. Pues sí, este es uno de los efectos. Porque, siendo el progenitor alguien que se supone que te tiene que querer mucho y que tendría que tratarte bien, ese maltrato se traduce en la necesidad imperiosa de obtener su cariño y su aprobación, esos que nunca se han tenido.
- Pero además de la dependencia hacia la madre o el padre, se desarrolla otra dependencia hacia cualquier otra persona. Lo más habitual es que sea hacia las parejas que se tengan. La carencia de afecto que se ha tenido desde la infancia, hace que se busque desesperadamente a una persona externa que le aporte ese cariño que le ha faltado. La consecuencia de esto es que las relaciones sentimentales fracasen, una tras otra, porque en realidad en ellas no hay amor, sino la necesidad de afecto.
- Por supuesto, la autoestima se ve muy mermada. Los continuos reproches, por situaciones que ocurrieron hace años pero que se le siguen recordando, las comparaciones con los demás, en las que la persona siempre sale perdiendo, las críticas constantes a cualquier decisión que se tome, incluyendo la elección de una pareja, y las descalificaciones continuadas, porque claro, todo lo que hace lo hace mal, son el caldo de cultivo perfecto para tener una autoestima muy pobre, que tiene sus efectos en todos los ámbitos de su vida.
- Por si todo esto fuera poco, y como el progenitor se ha encargado de recordarle que todo lo que le ocurre de malo es por su culpa, la víctima llega a considerarse mala persona y a culpabilizarse por todo. Esto termina provocando grandes niveles de ansiedad, depresión y una baja seguridad en sí misma.
Qué se puede hacer en estos casos
El tema no es tan sencillo de resolver, por la dependencia de la que te hablaba antes.
Para hacerlo, sería necesario que ese hijo ya adulto fuera muy consciente de que efectivamente existe maltrato psicológico por parte de alguno de sus padres, o de los dos, y que se hace imprescindible afrontar la situación.
Si esto se llega a conseguir, que como digo no es imposible pero tampoco fácil, habría que empezar por poner distancia con la persona que maltrata, reduciendo el contacto con ella a lo estrictamente necesario, como mucho.
Todos sabemos que eso no es tan fácil de hacer. Sin embargo, has de plantearte algo que es absolutamente verdad. Alguien que te quiere mucho, no te trata mal, de ninguna manera.
Además y como es obvio, la persona necesitará ayuda profesional de un psicólogo para recuperar la autoestima dañada, la seguridad, la confianza en sí misma y la independencia.
Rosa Armas
Colegiada T-1670