Lo que debes negociar antes de irte a vivir con tu pareja

vivir con tu pareja

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Aunque es cierto que estas cosas han cambiado un poco en los últimos años, también lo es que, cuando las relaciones de pareja tienen ya cierta estabilidad, para muchas personas, surge la necesidad de pasar más tiempo con esa persona a la que se quiere. Es decir, llega un momento en que nos planteamos irnos a vivir con nuestra pareja.

Y no sólo porque queremos pasar más tiempo juntos, sino porque queremos iniciar un proyecto de vida en común. Y hacer esto, cuando cada uno vive en su casa, no parece ser la mejor forma. Aunque, no te creas, hay muchas parejas en la actualidad que hacen esto…pero eso sería tema para otro artículo. 

Claro que en algunas ocasiones, eso que iniciamos con tanta ilusión y con la idea de que será para siempre, puede terminar siendo un auténtico desastre. Nadie dijo que la convivencia fuera fácil, de hecho, no lo es en absoluto. Así que sería bueno que antes de tomar la decisión en firme, negociaras con tu pareja algunas cosas. 

No quiero decir que te sientes una tarde a negociar toda la futura convivencia, lo que quiero decir es que antes de irte a vivir con él, o con ella, hay algunas cuestiones que tendríais que tener claras los dos.

Tener con tu pareja ciertas conversaciones y llegar a algunos acuerdos antes de empezar a vivir juntos, puede facilitar que ese proyecto común tenga éxito. Al hacerlo de esta manera, ninguno se llevará sorpresas, ni decepciones, ni se creará expectativas que luego no se cumplan. 

El momento idóneo para mudarte con tu pareja

Vamos a empezar por cuál sería el momento más adecuado para irse a vivir juntos. Bueno pues… no existe un momento adecuado para tomar esa decisión, no hay un plazo que sea el mejor. Todo dependerá de cada pareja y de cada situación.

Probablemente el mejor momento sea cuando surja de forma espontánea, cuando los dos sientan el mismo deseo de pasar más tiempo juntos y de vivir los dos en la misma casa. Sobra decir que, cuando uno de los dos desea ya una convivencia, y el otro no lo tiene claro por el motivo que sea, ese no es el momento. 

Si la relación es algo inestable y hay problemas en ella, no decidas irte a vivir con tu pareja como un intento de que mejore. Con esto sólo conseguirás empeorar las cosas.  

Probar con periodos limitados de convivencia

Teniendo en cuenta que cada uno de nosotros tenemos una manera de vivir y unas particularidades, tenemos ciertas costumbres, algunas manías, y otras muchas cosas; sería bueno además que antes de iniciar una convivencia estable, hayamos vivido con la pareja en alguna ocasión: como podría ser unas vacaciones, o algunos fines de semana. Estos cortos periodos de convivencia te servirán para conocer un poco mejor a tu pareja, y no llevarte sorpresas después. 

¿Y si nos equivocamos? 

Este es uno de los miedos más frecuentes a la hora de decidir iniciar una convivencia. Pero claro, si no lo pruebas, no vas a saber si funciona. 

Quizás no sería mala idea empezar la convivencia con un sitio de alquiler, y no empezar directamente por comprar una vivienda. De esta forma si ves que no va bien, que no es lo que esperabas, es mucho más fácil echar atrás. 

Y ten en cuenta otra cosa. Que no funcione, no significa que haya sido un fracaso. Simplemente significa que no ha funcionado, y en ese caso si no estás bien, simplemente te puedes ir. 

Aceptar a tu pareja como es

Pero además, si estás pensando en irte a vivir con ella o con él, será mejor que le aceptes tal y como es. Será mejor que aceptes lo que te gusta y lo que no, o bien te lo piensas mejor antes. No es buena idea creer que cuando vivas con él o con ella, ya te encargarás de cambiar esa parte de su forma de ser que no te termina de gustar.

No intentes cambiar a nadie, es muy cansado. En el caso de que haya algo de tu pareja que te gustaría que cambiara, que puede ser que haya algo, es mejor que se lo digas con toda sinceridad.

Si antes de vivir con tu pareja le dices lo que te molesta, por qué te molesta y cómo te gustaría que actuara, es más probable que lleguéis a un acuerdo y que lo cambie él o ella por voluntad propia. Es más cómodo esto que intentar cambiar al otro a la fuerza. 

Repartir los gastos y tareas de la casa

Otro tema del que es importante hablar antes de irte a vivir con tu pareja, es el tema del dinero y la economía de la casa. ¿Cómo se van a repartir los gastos de la casa?¿eres de los que prefieren vivir al día, o te da más tranquilidad tener dinero ahorrado?¿tu pareja es de la misma opinión que tú?

Si los dos sois de la misma opinión en cuanto a cómo gestionar el dinero, no habrá problema en tratar el tema cuando viváis juntos. Pero si no pensáis igual, será mejor negociarlo antes. Y es que éste es un tema que puede traer ciertos problemas en una convivencia. 

¿Cómo váis a repartir las tareas en la casa? Este es un tema que suele crear muchos conflictos en una pareja, pero no me refiero a organizar todo esto antes de irte a vivir con tu pareja. Me refiero a hablar del tema al menos, que cada uno sepa lo que el otro odia hacer, o lo que prefiere hacer porque le gusta.

Por ejemplo, hay a quien le gusta mucho la cocina y se le da muy bien además. Y hay quien no soporta tener una plancha al lado.  Casi es mejor hablar de estas cosas antes de irte a vivir con tu pareja, pero tendrás que asumir que en algunas ocasiones, no podrán ser las cosas al cincuenta por ciento, dependerá de las obligaciones que cada uno tenga fuera de casa.

Disponer de tiempo libre para cada quien 

Vivir con nuestra pareja no implica para nada tener que estar juntos las veinticuatro horas del día. Tampoco implica que tengamos que dejar de hacer las cosas que nos gustan, ni dejar de ver a nuestros amigos.

Este es otro asunto que tendríamos que tratar antes de empezar a convivir. El tiempo que necesitamos para estar solos con nosotros mismos, que es necesario por otra parte. El tiempo del que vamos a querer disponer para nuestras actividades de ocio, o para nuestros amigos.

Todo esto es importante que las dos partes lo sepan con antelación. Si no se habla antes, puede aparecer en uno de los dos el sentimiento de abandono, podría sentirse rechazado, e incluso, pueden aparecer los celos. 

Hablar sobre hijos y proyectos futuros de pareja

Otra conversación importante que sería bueno tener en alguna ocasión, es sobre el tema de los hijos y el futuro de la pareja. Si los dos querrían tener hijos o alguno de ellos no quiere en absoluto.

Si los dos quieren ¿les gustaría que fuera en un futuro próximo o preferirían esperar a más adelante? ¿Les gustaría a los dos casarse, o uno de ellos se niega rotundamente a tener que pasar ese trámite? En cuanto a los hijos ¿cómo querrías educarles? ¿Qué actitud no tendrías nunca con ellos, porque es la que tuvieron contigo y no te parece la adecuada?

Todas estas cosas es importante que tanto tu pareja las conozca de ti, como tú de ella; porque después pueden llevar a sorpresas desagradables. 

Además, hay otro tema del que se debe hablar con antelación, y que es importante  para que después no haya problemas. El tema de relacionarnos  o no con otras personas y de qué manera. Y me explico. Eres una mujer y, no te importa que tu pareja tenga amigos pero…¿lo de tener amigas ya no te gusta tanto? ¿Te molestaría que saliera a cenar con una compañera de trabajo? O al revés ¿eres hombre y no quieres que tu pareja tenga amigos, aunque no te importa que tenga amigas?

Todas estas cosas es importante tratarlas antes para llegar a acuerdos, si no podría haber muchos problemas con este tema. 

Revisar los pasatiempos y tiempo libre

Otro asunto que te propongo tratar es, qué es lo que prefiere cada uno en algunos momentos concretos. Por ejemplo ¿prefieres pasar los fines de semana descansando, o eres de los que quieren aprovecharlos haciendo muchas cosas?

¿Te gustaría que tu pareja y tu cenárais todos los días juntos, o es algo que te resulta indiferente ? ¿Te gusta ir a ver a tu familia al menos una vez por semana? ¿Te gusta organizar comidas o cenas para amigos en tu casa? Parecen cosas que no tendrían la mayor importancia, pero créeme, cuando vives en la misma casa, éstas son cosas que pueden molestar y crear conflictos. 

Manejar los conflictos

La manera que tiene cada uno de resolver los posibles conflictos, también es algo que tendrían que saber los dos. Porque, conflictos va a haber seguro, pero ¿cómo los resuelves tú? ¿prefieres hablarlo en el momento, o quizá crees que es mejor esperar y hablarlo cuando los ánimos se hayan calmado? Y tu pareja ¿cómo prefiere resolverlos?

Es verdad que, si estás pensando en irte a vivir con tu pareja, es porque ya llevas un tiempo con ella y conoces cómo suele resolver los conflictos. Aún así, no es lo mismo un conflicto cuando después cada uno se va a su casa, que uno cuando los dos se van a dormir a la misma cama. 

Todos tenemos alguna manía, alguna cosa que sabemos que no es lógica o racional pero la hacemos. Cuéntale a tu pareja cuáles son tus manías en casa. Pregúntale cuáles son las suyas, seguro que también tiene alguna. 

Todo esto, son sólo algunas de las cosas que podrías negociar con tu pareja antes de irte a vivir con ella. Puede haber muchas más que te interesen, pero, lo que está claro es que si las conoces y las negocias con antelación, no te llevarás decepciones por haber tenido unas expectativas que al final no se cumplieron.

Pero aún conociendo todas estas cosas de tu pareja, y negociando todo lo que sea posible negociar, tendrás también que aceptar que tu pareja es una persona diferente a ti. Y por tanto, hará muchas cosas de manera diferente a ti. Así que si algo de ello te molesta en exceso, y tu pareja no está dispuesta a cambiarlo, quizá tendrías que pensarte bien lo de la convivencia. 

Bien, imagínate que ya has negociado con tu pareja todo lo que te parecía importante antes de compartir vivienda con ella. Pero claro, una cosa es la teoría y otra muy distinta ponerla en práctica. Así que voy a proponerte algunas cosas que pueden facilitar esa convivencia. 

Reglas básicas para tener una buena convivencia con tu pareja

Antes de empezar a enumerar estas reglas, quiero aclararte que las que te voy a proponer te pueden ayudar a convivir de una forma más sana y tranquila.

Pero debes saber que no hay ninguna regla que sea mágica e infalible; ninguna que sirva para que una relación no se rompa nunca, ni para que nunca haya discusiones y conflictos. Teniendo esto en cuenta, vamos a ello.

  • Haz más elogios que críticas: todas esas cosas bonitas que decimos al principio de la relación, es conveniente que sigamos diciéndolas durante la convivencia. No des por hecho que, como ya se lo has dicho y ya lo sabe, pues no hace falta repetirlo, porque sí que hace falta. Recordarle a tu pareja lo que te gusta de ella, hace que se sienta a gusto contigo y se estreche el vínculo. Pero además de esas cosas bonitas, en la convivencia suelen predominar los reproches por lo que el otro no hizo, y eso, termina desgastando mucho la relación. 
  • No dejes de escuchar a tu pareja: esta es una de las reglas fundamentales para mantener una buena convivencia. Si en los momentos en que tu pareja está hablando contigo, tú estás tecleando en el ordenador, atendiendo a lo que dicen en televisión, mirando el móvil, o haciendo cualquier otra cosa que no sea escucharla, será una señal clara de que no te interesa lo que dice.Y eso, molesta mucho, pero mucho, a la otra persona. 
  • Discúlpate cuando consideres que debes hacerlo: pedir disculpas es algo que no cuesta dinero, ni tampoco esfuerzo, sobre todo cuando reconoces que has podido equivocarte. Eso agrada mucho al otro y suaviza los conflictos y las discusiones. 
  • No dejes los pequeños detalles en el baúl de los recuerdos: esos detalles que tenías al principio de la relación, mandar un mensaje sólo para decirle que la echas de menos, decirle lo guapa o guapo que está hoy, o recordarle que la quieres, aunque ya lo hayas dicho muchas veces, son cosas que mantienen viva la relación durante la convivencia.
  • No dejes entrar en casa a la monotonía: si toca en la puerta, no le abras. Pocas cosas hay tan perjudiciales para las relaciones y la convivencia que la monotonía. Así que, planea cosas nuevas, alguna sorpresa de vez en cuando, un viaje si es posible, un fin de semana diferente, una cena especial de vez en cuando. Todo esto, además de reducir la monotonía, puede activar la parte sexual, que también se puede ir apagando con el paso del tiempo. 
  • Cada uno con su tiempo y su espacio: además del tiempo que es necesario que pases con tu pareja, haciendo actividades que les gusten a los dos, también es importante que cada uno tenga espacio para sus propias cosas. Sus amigos, su familia, sus metas profesionales, etc.
  • Acepta los defectos de tu pareja: si decidiste irte a vivir con tu pareja, será con todas las consecuencias. Por lo tanto, esos defectos que tiene, a no ser que te perjudiquen directamente a ti, será mejor que los aceptes, en lugar de estar todo el tiempo intentando que cambie y se convierta en la persona perfecta que tu quieres que sea. 
  • No dejes que las nuevas tecnologías te fastidien los buenos momentos: Me entenderás mejor si te describo alguna escena que he visto, y seguro que tú también. Una pareja cenando, en la que cada uno, está con su móvil en la mano contestando mensajes. Eso no es cenar con tu pareja, y cuando digo cenar, me refiero a cualquier otro momento que paséis juntos.
  • Comparte las tareas domésticas: es importante establecer de qué tareas se encargará cada uno. Cuando esto no se aclara, lo más frecuente es que se termine encargando uno solo de todo, o al menos uno solo, de la mayoría de las tareas, y esto lleva siempre, a lanzar reproches y tener discusiones.

Como te decía, estas reglas no son infalibles para que no haya nunca ningún problema en la pareja. Pero desde luego, pueden ayudar a que la convivencia sea respetuosa, tranquila y satisfactoria para ambos. 

Rosa Armas 

Colegiada T-1670 

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