Cómo soportar la espera de un diagnóstico médico

esperar diagnóstico médico

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Cuando nos toca vivir esta situación, la espera se hace muy larga y en algunos momentos hasta angustiante. Me refiero a esos días en que estamos esperando que nos den los resultados de un diagnóstico médico. Unas pruebas médicas que pueden diagnosticar nada, pero que también podrían diagnosticar una enfermedad importante. 

Los días se hacen interminables, y el miedo y la ansiedad aumentan por minutos. Sin duda es una situación muy estresante que nos resulta muy difícil de gestionar, entre otras cosas, porque la incertidumbre es una de las sensaciones que peor lleva el ser humano. Y ésta, en concreto, es una situación de mucha incertidumbre. 

La mayoría de las personas que lo han pasado, afirman que es casi peor, que es mucho más estresante,  el tiempo que hay que esperar por los resultados, que la certeza de un diagnóstico poco favorable. Y es que como te decía, nos resulta más difícil de gestionar la incertidumbre que la certeza de algo, aunque ese algo no sea demasiado bueno.

Lo más frecuente en momentos como estos, es que se pase casi en cuestión de segundos de un extremo al otro, es decir: que se pase de pensar que todo estará bien, que no habrá nada de lo que preocuparse, a pensar que el diagnóstico será malo…como digo, en cuestión de segundos. 

Por desgracia no existe, para esto tampoco, la receta mágica que nos haga la espera mucho mejor. Ni siquiera que consiga hacerla neutra. Sólo existen algunos consejos para que podamos hacerla más llevadera, para tolerarla lo mejor posible. 

Consejos para esperar por un diagnóstico médico

Como te digo, no hay ninguna receta que nos sirva para dejar de llevar esta espera con cierta angustia y llevarla con toda la tranquilidad. Probablemente, no es posible hacer eso. Sólo hay algunas conductas y actitudes que pueden aliviar un poco la espera.

En primer lugar, ya sabemos que vamos a tener que esperar unos días antes de saber cuál es el resultado de las pruebas. Así que tendremos que tener cuidado con cómo vamos a interpretar esa espera. Siempre lo digo, los pensamientos extremos no son sanos, ni los que son para bien ni los que son para mal. 

Sé realista

Por tanto, evita pensamientos del tipo “no voy a pensar en ello”, porque sabes perfectamente que eso no será posible. Pero tampoco del tipo “no voy a poder soportar la espera”, porque tampoco eso es real. Lo mejor es que seas realista, que aceptes que la espera va a ser incómoda y pienses que la vas a llevar lo mejor que puedas. 

Mantente ocupado

Después de haber aceptado que la espera no va a ser agradable, mantente ocupado. No quiero decir que estés todo el día ocupado hasta el punto de llegar a estresarte, quiero decir que en la medida de lo posible, sigas haciendo esas tareas que haces a diario. 

Por supuesto, entiendo que lo que tienes que hacer, tienes que hacerlo y punto. Sin embargo, lo que quiero decir es que no dediques demasiado tiempo a no hacer nada, porque eso será mucho peor. Es mejor mantenerte ocupado y de esta forma entretenido, que dedicarte únicamente a esperar. Esto último sí que es insufrible. 

Respira y relájate

En alguno de los momentos que tengas libre, podrías hacer algún ejercicio de relajación. Si no conoces ninguno, hay algo muy sencillo que puedes hacer. 

Túmbate en un sitio donde estés cómodo y donde sepas que no te va a molestar nadie. Haz lo posible por relajar los músculos de tu cuerpo. Espera unos minutos hasta que tu respiración se haga más lenta y regular. Entonces trae a tu mente, alguna vivencia que tengas del pasado y que te resulte agradable recordar, o bien algún proyecto de futuro que te haga ilusión, que también te resulte agradable de pensar. Cualquier idea que te produzca bienestar puede servir para relajarte. 

No intentes autodiagnosticarte

Por otra parte, hay algo que se suele hacer en estos casos, o en casos parecidos; y es buscar información en internet. La incertidumbre nos lleva a intentar buscar una respuesta lo antes posible, y de la forma que sea. Yo suelo aconsejar no hacer esto, pero si pudiera hasta lo prohibiría. 

En primer lugar, porque en internet hay muchas páginas buenas y fiables, pero no todas son así…ni toda la información tampoco. 

En segundo lugar, porque no todos los casos son iguales, porque no todos somos iguales, porque no siempre unos síntomas significan un diagnóstico concreto… Así que no busques nada que pueda confundirte y alarmarte aún más, y espera a que te den tus resultados. 

Te ahorrarás muchos sofocos si esperas a que tu médico te diga lo que ocurre, y no te pones a buscar información  que de forma general será correcta, pero que para ti en concreto quizás no valga. 

Hablar con alguien de confianza

Tal vez seas de esas personas que prefiere no decir nada para no preocupar a su gente más cercana. Eso no es malo del todo, pero en casos como el que nos ocupa, lo mejor para ti es que lo hables con alguien de confianza. 

Habla sobre lo que estás sintiendo en esos momentos, sobre lo que te preocupa: es decir, desahógate. Guardártelo para ti solo con la intención de no preocupar es realmente angustiante.  Sin embargo, no hables de ello cuando no te apetezca hacerlo, ni tampoco con cualquier persona.  Es mejor que elijas a las personas más adecuadas con las que quieres hablar de este tema. 

Esa persona que cuando le cuentas tus preocupaciones te contesta eso de, “peor estoy yo que tu…” o “yo sí que estoy mal porque…” no te será útil en absoluto, al menos para desahogarte y aliviar tu espera no. Esas otras personas que son excesivamente pesimistas, tampoco son las recomendables en estos momentos. 

Por otra parte, esas personas a las que les preocupa esto tanto como a ti, como por ejemplo tu pareja o tus padres, tampoco son las adecuadas: porque tal vez les vas a preocupar más de lo que ya están. Quizás un o una buena amiga, sí que sería la persona ideal. 

En definitiva, desahógate con alguien que te escuche y te comprenda, pero que no te genere más angustia de la que ya tienes. 

Procura dormir bien

Es posible también que durante esos momentos de espera, no consigas descansar y dormir bien. Si es así habla con tu médico, para que te recete algo que te ayude a descansar un poco mejor. O si lo prefieres, pásate por un herbolario y que te recomienden algo natural que te ayude a descansar. 

Pide ayuda

Si hay algo en concreto que necesitas que haga tu familia o tu gente más cercana para que te sientas mejor, lo ideal es que se lo pidas para que ellos lo sepan y no tengan que adivinar.   

Pero, si eres tú el familiar, pregúntale qué puedes hacer para ayudarle. No hagas por tu cuenta lo que creas conveniente, quizá eso que tú has pensado que le iría bien, no le vaya tan bien. Además, respeta sus tiempos. No hables del tema si te dice que no quiere hablar en ese momento y, si le ves algo triste, déjale su espacio y, no le digas eso de, “no te preocupes que ya verás que no es nada”. Si no sabes qué decir, mejor mantente en silencio. 

Ve acompañado a tu visita médica 

Quizás seas de los que piensan que, no vas a molestar a nadie para que te acompañe al médico, que ya puedes tú solo/a. Sin embargo, ten en cuenta que, por lo general, ir a estas visitas en donde te darán unos resultados importantes, sin duda te pueden poner nervioso.

Y, cuando estamos nerviosos, no atendemos ni entendemos todo como deberíamos. Así que, siempre será mejor ir acompañado de alguien que vaya algo más sereno, para no quedarte con la mitad de la información, o peor aún, para quedarte con información errónea. 

Rosa Armas 

Colegiada T-1670. 

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