Hay muchas personas para las que, leer, es un placer y su principal afición. Es verdad que para llegar a leer con cierta fluidez, es necesario gran práctica y automatización; que por lo general, se consigue sin mayor dificultad.
Sin embargo, para algunas personas, el aprendizaje de la lectura es un proceso bastante complicado y tortuoso. Me refiero a las personas con dislexia.
Sin duda la has oído nombrar alguna vez, la dislexia. Pero quizás no sabes exactamente en qué consiste, y te gustaría saber algo más sobre ello. O tal vez sabes de qué se trata, pero tienes dudas sobre si alguna persona de tu entorno la tiene; y quisieras saber cuáles son sus síntomas.
Por todo ello, quiero contarte en qué consiste la dislexia, cuáles son sus síntomas y también qué hacer si sospechas que alguien cercano la sufre.
¿Qué es la dislexia?
La dislexia es un trastorno del lenguaje, que afecta principalmente a la habilidad de una persona para aprender a leer y escribir. Es un trastorno neurobiológico de origen genético, persistente y específico, cuya causa es una alteración del desarrollo.
En realidad, la lectura y la escritura son dos tareas diferentes; pero que van muy unidas. De hecho, el aprendizaje de ambas cosas es simultánea, o casi, y cuando estamos escribiendo nos vemos prácticamente en la obligación de tener que leer.
La dislexia es uno de los trastornos del aprendizaje que se da con mayor frecuencia entre los niños. Pero, además de frecuente, es un problema importante; ya que acarrea unas consecuencias relevantes en el ámbito académico del niño, pero también en el aspecto emocional.
¿Cuáles son los síntomas de la dislexia?
Por lo general, la dislexia se empieza a detectar entre los tres y los siete años, que es cuando los niños se inician en esto de aprender a leer y escribir. Y claro, es importante detectarla cuanto antes para que tenga las menores consecuencias posibles.
Los síntomas principales que se deben tener en cuenta son estos:
- El síntoma más evidente es la gran dificultad que presenta el niño, a la hora de aprender a leer. Esta dificultad, no es coherente con su edad, ni con otras habilidades que sí que ha adquirido el niño, y que sí son acordes con la edad que tiene. Además, por mucho esfuerzo que se dedique a mejorar este aprendizaje, no se perciben adelantos importantes.
- La lectura de un niño con dislexia es muy lenta, titubeante, e incluso algunas veces se notará que intenta adivinar las palabras.
- El niño presenta una baja comprensión lectora, su velocidad a la hora de leer es tan baja que le dificulta la comprensión de lo que ha leído.
- Como consecuencia de lo anterior tendrá un bajo rendimiento en sus estudios, sobre todo en aquellas materias que impliquen tener que leer.
- Tiene también dificultades para escribir y tendrá muchos errores ortográficos, incluso cuando tiene la oportunidad de escribir copiándolo de otro sitio.
- Puede llegar a cambiar el orden en el que van las letras de una palabra, y puede confundir los sonidos de las diferentes letras.
- En general, un niño con dislexia puede tener problemas con todo lo que tenga que ver con la decodificación y comprensión de los símbolos que utilizamos para comunicarnos.
Todo lo anterior, tiene como consecuencia una baja autoestima en el niño, además de una gran inseguridad y estrés, con lo que, siempre que pueda, evitará hacer cualquiera de estas tareas.
Y es que, un niño con dislexia, sabe perfectamente que no está al mismo nivel en este terreno que sus compañeros. Es por este motivo, por lo que es importante detectarlo lo antes posible, porque el niño se puede llegar a sentir “el tonto de la clase”, y eso, psicológicamente le va a afectar casi más que sus problemas para leer y escribir.
La intervención psicológica en la dislexia.
La dislexia, es la principal alteración de las llamadas dificultades específicas del aprendizaje, y es la primera causa del fracaso escolar.
En muchos casos de dislexia, y cuando ésta aún no está diagnosticada, el entorno del niño, como sus padres o sus profesores, lo que suelen pensar es que el niño es un vago, que no presta la suficiente atención. Nada más lejos de la realidad.
El niño es perfectamente consciente de que va por detrás que el resto de sus compañeros, y esto, como te decía, le hace sufrir y sentirse inferior e inseguro, con respecto a los demás. Pero claro, a los padres también les hace sufrir la situación del niño. Por todo esto, es importante hacer un diagnóstico del problema lo antes posible, y así, evitar lo más que se pueda, ese sufrimiento, así como minimizar el fracaso escolar.
Es recomendable que, tanto los niños como su familia, reciban información detallada acerca de la dislexia y, de esta manera, no hagan interpretaciones erróneas de lo que ocurre, ya que esas interpretaciones mermarán la autoestima del niño.
Además, se puede dar pautas para que el niño pueda entrenar la atención y la memoria, que sin duda son procesos que intervienen en el aprendizaje. Pero también, el entrenamiento en lectoescritura, evitando las críticas a cómo lee y reforzando sus logros.
Por último, pero no menos importante, el niño también necesitará apoyo emocional para reforzar su autoestima y el concepto que tiene de sí mismo. Y es que, suelen recibir burlas y descalificativos de sus compañeros, además de una gran presión por parte de sus padres y profesores.
Rosa Armas
Colegiada T-1670