Sin duda, todos tenemos algún deseo, o más de uno, que nos gustaría hacer realidad. Estos deseos pueden ser cosas materiales, pero también pueden ser no tan materiales como proyectos de trabajo, o proyectos de vida.
Podemos incluso desear el amor de una persona en concreto, o bien, mantenerlo si es que ya lo tenemos. Y nos ponemos a trabajar para conseguir ese deseo.
Pero claro, algunas veces ese deseo se puede alcanzar; y otras, vemos que lo consigue primero alguien que conocemos pero que no somos nosotros mismos. Pero también puede ocurrir que, después de mucho esfuerzo, hayamos conseguido algo de aquello que queríamos, y nos entre el miedo de que otra persona nos lo pueda quitar.
Estas dos situaciones, pueden provocar en nosotros algunas emociones, como son los celos o la envidia. Y, aunque son emociones perfectamente naturales, que sin duda todos conocemos y hemos sentido alguna vez, no dejan de ser molestas, e incluso dañinas, si no sabemos gestionarlas de forma adecuada.
Sin embargo, de lo que quiero hablarte hoy, no es de cómo gestionar la envidia, o los celos. Sino de cuáles son las diferencias entre una cosa y la otra, ya que, en algunas ocasiones, se utilizan como si fueran sinónimos, y no lo son en absoluto.
¿Qué es la envidia y qué son los celos?
Antes de contarte cuáles son sus diferencias, quisiera definirte qué es cada cosa, aunque sin duda tienes bastante idea de cuál es su definición.
La envidia, es el sentimiento de malestar, casi siempre intenso, que tenemos cuando una persona conocida, ha conseguido algo que nosotros queremos, pero que aún no hemos podido lograr. Si esa persona ha hecho el esfuerzo para obtenerlo, o le ha llegado por casualidad, es indiferente, el malestar va a ser el mismo. Y, olvídate de la “envidia sana”, la envidia es lo que es y, en grandes cantidades no suele ser sana.
Los celos, son el sentimiento de miedo o preocupación, ante la posibilidad de que otra persona, nos arrebate lo que tenemos y que consideramos que es de nuestra propiedad. Casi siempre asociamos los celos a las relaciones de pareja, pero también pueden existir en el ámbito laboral, o bien, entre hermanos, con respecto a la atención de los padres.
Cuáles son las diferencias entre envidia y celos
Por lo general, tenemos bastante idea de qué es una cosa y qué es la otra. Sin embargo, solemos asociar los celos al ámbito de las parejas y la envidia a otras situaciones. Pero no siempre es así exactamente.
Te pongo algunos ejemplos muy claros y verás que no siempre es así:
- Tu malestar cuando ves fotos de las vacaciones de una amiga, que ha puesto en las redes sociales, es envidia.
- Tu incomodidad cuando tu amigo ha conseguido ese trabajo al que tú también optabas pero no lograste, es envidia.
- La rabia que sientes cuando tu vecino se muda y va a vivir a una preciosa casa, que es la de tus sueños, es envidia.
Pero, celos sientes cuando tu pareja toma café todos los días con su nueva compañera de trabajo. O cuando tu mejor amiga, se ha conseguido otra amiga, y ya no te llama tanto como antes. O bien, cuando tu madre tiene un bonito detalle con tu hermano y contigo no.
La principal diferencia entre la envidia y los celos, es que, la envidia surge en relación con algo que se quiere tener y no se ha podido conseguir, mientras que otra persona sí que lo ha conseguido. Los celos, por el contrario, surgen cuando se tiene algo, algo que por supuesto se quiere conservar, pero se tiene el miedo de poder perderlo a manos de otra persona.
Que diferencias hay entre las emociones de envidia o celos
- La envidia provoca rabia, rabia hacia la persona que ha conseguido comprarse ese coche que yo tantas ganas tengo de tener, por ejemplo. Los celos en cambio, producen miedo. Un niño puede tener miedo a que su hermano pequeño le arrebate la atención de sus padres. Una persona puede sentir miedo a que otra, le quite el amor de la persona que quiere. Aunque es verdad que se puede llegar a sentir rabia hacia esa persona que podría quitarte eso que tanto quieres.
- La mayor o menor certeza, es otra de las diferencias entre la envidia y los celos. La envidia, está basada en un hecho real y cierto, que es el que otra persona haya logrado antes que nosotros, eso que tantas ganas tenemos de conseguir. En los celos hay mucha más incertidumbre, no surgen casi nunca por un hecho real y comprobable, sino por el miedo y la duda de que otra persona se lleve lo que tenemos y que tanto deseamos conservar.
- La duración y las consecuencias de la emoción que sentimos, es una más de las diferencias entre ambas cosas. En el caso de los celos, si no se hace algo para remediarlo, se pueden volver patológicos y crear verdadero sufrimiento; a la persona que los siente y a la otra persona, a la que se teme perder. La envidia crea también mucho malestar, pero suele ser una emoción más transitoria y, por lo general, no tan dañina.
- Los ámbitos de la vida en los que pueden aparecer estas emociones suelen ser algo diferentes. La envidia puede surgir en casi cualquiera de ellos, en la familia, en los amigos, en el trabajo o incluso con conocidos sin demasiada relación entre ellos. Los celos se suelen centrar más en las relaciones afectivas y amorosas. Aunque, es verdad que ambas emociones pueden surgir en cualquier ámbito y no son exclusivas de éstas.
Como te decía al principio, las dos son emociones naturales que todos tenemos, o hemos tenido. Pero, grandes dosis de celos o de envidia, provocan un sufrimiento importante. Por lo que, si se da el caso, sería bueno buscar ayuda psicológica y aprender a gestionarlas.
Rosa Armas
Colegiada T-1670