Por lo general, todos consideramos que nuestra forma de actuar y de comportarnos, e incluso, nuestra manera de ser, es la más correcta. Por eso actuamos y nos comportamos como lo hacemos. Y claro, debido a esto, tendemos a intentar que los demás hagan las cosas como las hacemos nosotros, o que sean como somos nosotros.
Para conseguirlo intentamos, a veces por todos los medios, cambiar a los demás. Es decir, pretendemos que la gente que nos rodea cambie, en esas cosas que a nosotros nos parece que está mejor hacer de otra manera. Y esto lo hacemos en especial con la pareja, que es la persona que tenemos más cerca.
Pero con esta “mala costumbre” no tenemos en cuenta algo muy importante, y es que nadie, absolutamente nadie, cambiará nada de sí mismo: a no ser que quiera hacerlo. A no ser que, sea muy consciente de que alguna conducta en concreto no le resulta beneficiosa, y decida cambiarla. Si esto no ocurre, no podrás cambiar a nadie…ni tú, ni el mejor psicólogo del mundo.
Aunque es muy frecuente que queramos cambiar alguna cosa de las personas que nos rodean, vamos a centrarnos en concreto en la pareja. En la pareja porque es lo más habitual, porque es algo que todos hemos, si no conseguido al menos intentado, y porque es con lo que nos podemos llevar un buen batacazo.
¿Cuándo queremos cambiar a nuestra pareja?
En el principio de una relación, no suele ocurrir que queramos cambiar al otro.
Y no ocurre porque, a pesar de que estamos obteniendo mucha información sobre cómo es y cómo actúa esa persona, existe en nosotros una especie de filtro.
Este filtro tiene una función, y es que nos hace fijarnos en aquellas características de esa persona que coinciden con las expectativas que tenemos, sobre lo que es la pareja ideal. Los aspectos que vemos en ella pero que no coinciden con ese ideal, los vemos, pero no les damos la menor importancia.
Por otra parte, lo que sí que ocurre al principio de una relación, es que nosotros mismos hacemos pequeños cambios en nuestra propia conducta; con la intención de adaptarnos a la conducta de esa persona, y así poder entrar en lo que creemos que son las expectativas que ella tiene hacia nosotros. Es decir, hacemos pequeños cambios para intentar agradarle.
El intento de agradar y de adaptarse el uno al otro, es lo normal cuando se inicia una relación que nos importa. Y esos pequeños cambios, que suelen ser positivos, se hacen de manera totalmente voluntaria.
Claro que con el paso de un poco de tiempo, cada uno empieza a comportarse como realmente es. Y además desaparece ese filtro del que te hablaba…y entonces es cuando pretendemos que nuestra pareja cambie. Porque es entonces cuando vemos claramente, y empiezan a molestarnos esas cosas que no nos gustan de ella.
Claro que si gran parte de las cosas que hace, o cómo las hace, te parecen mal…tal vez el problema lo tienes tú y no tu pareja.
¿Por qué queremos cambiar a nuestra pareja?
Es verdad que todos, en algún momento, hemos intentado que nuestra pareja cambie en alguna que otra cosa. Pero hay algunas personas que esto lo hacen de una manera más constante y se puede referir a su forma de hablar, su forma de vestir, su manera de comportarse, etc.
En muchas ocasiones, se trata de personas que son excesivamente autoritarias, y que consideran que la conducta de la otra persona no se ajusta a su criterio, que es el bueno. Cosa que como te decía antes, no se suele ver en la primera fase de la relación.
En el ámbito privado se expresa ese deseo de que haya cambios de una manera explícita, en público, con ciertas miradas, gestos o algún que otro codazo.
Además de ser típico de personas autoritarias, se dice también que las personas que pretenden que los demás cambien lo hacen por pura proyección. Es decir, lo que les molesta o rechazan de la otra persona es lo que, en el fondo, les molesta y rechazan de sí mismos. Con lo que en un ejercicio de total proyección, intentan que sea el otro quien lo cambie.
Por otra parte, el haber obviado asspectos importantes y que nos molestan mucho de la otra persona, durante la fase de enamoramiento, creyendo que lo podríamos soportar…o bien creyendo que ya lo cambiaría, es otro de los motivos por los que nos empeñamos en que la otra persona cambie a nuestro gusto.
Por supuesto, está muy bien contarle a tu pareja y ella a ti qué cosas te molestan, o le molestan. Sobre todo, si son cosas que pueden afectar a la buena marcha de la relación, o bien aspectos que pueden hacer que el otro mejore como persona. Pero el que se cambien esas cosas, dependerá de cada uno y no de que el otro le obligue.
¿Qué consecuencias tiene intentar cambiar a los demás?
Esta actitud de querer cambiarlo todo, o casi todo de la otra persona, puede provocar en ella una bajada de su autoestima; ya que podría llegar a pensar que todo lo que hace o dice está mal y es incorrecto.
Pero además podría, y con razón, cansarse de nosotros y querer alejarse, viendo que no le aceptamos tal y como es.
Otra cosa muy diferente es que, intentemos que corrija algún comportamiento en concreto, porque no sea beneficioso para ella y no porque a nosotros no nos guste. Pero en todo caso y como te decía, la decisión última la tiene esa persona.
¿Qué es lo que puedes hacer?
Quizás te sorprenda un poco este apartado de “qué puedes hacer” si te había dicho antes que no puedes cambiar a nadie, y que una persona sólo cambia si lo decide por sí mismo. Pero sí, sí que hay algo que puedes hacer.
- Primero que nada, cuando estés empezando a relacionarte con alguien, sea el tipo de relación que sea (en especial si es una relación de pareja) fíjate en cómo es, y decide si así tal y como es te compensa, si te apetece seguir conociéndole…si lo que te gusta es más que lo que no te gusta. Mira que digo “fíjate en cómo es” y no en cómo te gustaría a ti que fuera. Si no te gusta lo que vas descubriendo, es que no te gusta esa persona, así que mejor te alejas. Será lo mejor para ti y también para esa persona.
- Otra opción es aceptar al otro tal y como es, con sus virtudes y sus defectos. Ten en cuenta que tú también tienes tus virtudes y tus defectos, y probablemente no te guste que nadie intente cambiarte.
- Por último, puedes hacer otra cosa, puedes cambiar tú. Claro, formamos parte de un sistema, y en un sistema, si cambia una parte, puede cambiar el resto. Es decir, si tú cambias en algo, es posible, pero sólo posible, que la persona que tienes más cerca también cambie.
Recuerda que una persona puede cambiar, pero única y exclusivamente si así lo desea. Tú, por tu parte, sólo puedes aceptar a los demás, o alejarte de ellos, pero nunca cambiarles.
Es algo muy sencillo, si quieres cambiar a una persona, es que no te gusta como es…y entonces, antes que intentar cambiarla, es mejor que te alejes de ella.
Rosa Armas
Colegiada T-1670.