Aunque pueda parecer que estar y vivir en un entorno desordenado no tiene mayor importancia, parece ser que ese desorden tiene una relación directa con nuestro estado de ánimo. Y puede provocarnos tristeza, angustia y hasta sensación de fracaso.
Claro que no es necesario llevar el orden al extremo milimétrico. Sin embargo, algún estudio ha relacionado el desorden con un mayor nivel de cortisol (la hormona del estrés).
¿Te consideras una persona algo desordenada? De repente te encuentras cualquier cosa, en cualquier parte de tu casa y te preguntas ¿qué hace esto aquí?
Tal vez tienes una silla, o más sitios de la casa con un montón de ropa pendiente de guardar, o de planchar…y la mesa donde trabajas llena de cartas, folletos de un centro comercial, o cualquier otro papel que no viene a cuento que esté ahí.
También pudieses tener varios libros donde sea; menos en la estantería que has comprado precisamente para ello. Es decir un auténtico caos, donde nunca encuentras a la primera lo que estás buscando.
Si esta es (más o menos) una situación que te resulta bastante familiar, porque es lo que vives a diario, tienes que saber que el desorden tiene algunos efectos en tu vida, en tu estado de ánimo y hasta en tu salud.
Es verdad que el orden meticuloso y llevado al extremo, puede convertirse en una obsesión, y por tanto, en un problema. Sin embargo, el extremo contrario (es decir, el caos absoluto) puede tener en ti unas consecuencias que te contaré en esta ocasión.
Cómo afecta el desorden a tu vida
Como te decía, llevar un orden milimétrico con cada una de las cosas que te rodea, no es lo más saludable. Esto puede rozar la obsesión y convertirse en un auténtico problema, que casi siempre es necesario resolver.
Pero, el otro extremo, el del desorden absoluto, también tiene sus inconvenientes. Estos son algunos de ellos:
Aumenta tus niveles de estrés
Ya te lo decía antes. Lo han demostrado algunos estudios: cuando vives en un desorden permanente, aumentan los niveles de cortisol (que es la hormona del estrés).
Por lo tanto, vivir en un ambiente que está todo el tiempo desordenado y en caos, hará que te sientas estresado, aunque no seas consciente de ello.
Por lo general asociamos el estrés con el exceso de trabajo. Sin embargo, el entorno diario también tiene mucho que ver, como son el ruido o la desorganización. En este sentido, el desorden dificulta el equilibrio emocional y psicológico.
Afecta a tu concentración
Sí: todo ese desorden que puedes tener a tu alrededor, hará que no te puedas concentrar en una tarea.
Algunos estudios han demostrado que tener a la vista demasiadas cosas y en desorden, va a limitar la capacidad de tu cerebro para procesar otras informaciones. Además de los problemas de concentración, tu cerebro percibe el desorden como una fuente de incertidumbre; y eso produce en ti una pérdida de energía.
Te produce cansancio
El desorden es una fuente constante de agotamiento visual, y el cerebro procesa el desorden como un cansancio extra. Así que no te extrañe que en un ambiente desordenado tengas más sensación de cansancio.
Te quita tiempo
Por supuesto, el desorden hará que necesites más tiempo para buscar aquello que necesitas y que no está en el sitio que le corresponde.
Pero además, hará que tengas que emplear más recursos cognitivos para hacer algunas tareas, que con más orden podrías tener automatizadas; con lo que serían más fáciles y rápidas de realizar.
Afecta a tu estado de ánimo y a tu humor
Cuando hay mucho desorden a tu alrededor será complicado encontrar lo que buscas a la primera, además de que dispondrás de menos espacio libre. Estas dos cosas hacen que te sientas más incómodo, y como consecuencia, que aumente tu mal humor.
Puede crearte sentimientos de culpa
Quizás no a todo el mundo, pero a muchas personas el desorden les hace sentirse culpables. Precisamente por eso: por no ser capaces de tener el orden y por tanto el control de sus cosas.
El desorden no es sano
Además de estos aspectos psicológicos, también el desorden tiene un efecto físico. Y es que con tantas cosas por todas partes, la acumulación de polvo y ácaros será mucho más fácil. Y con ello, también es más fácil que esto provoque alguna alergia.
Qué dice de ti el desorden
Podríamos decir que una persona ordenada hasta el exceso, una persona absolutamente obsesionada con que nada se salga de su sitio en ningún momento, es una persona perfeccionista.
En este sentido, alguien que es muy desordenado desde luego carece de ese perfeccionismo. Pero además, parece ser que las personas desordenadas con su entorno físico sufren también un desorden en su interior, cierta confusión y una falta de estructuración a nivel mental.
Por otra parte, las personas que estudian el Feng Shui aseguran que dependiendo del lugar que tengas más en desorden, significará una cosa u otra acerca de ti.
Por todo esto, es conveniente procurar que haya en la casa un cierto orden, porque esto te va a generar más tranquilidad, armonía y bienestar.
Sin embargo, es necesario tener en cuenta que el orden es algo muy relativo. Quiero decir que no existen unas pautas concretas y fijas de cómo se debe ordenar una casa o una habitación.
No existe un orden lógico; lo que existe es un orden lógico para cada uno de nosotros. Cada persona tiene sus criterios propios para ordenar las cosas. Se puede tener un orden por colores, por tamaños, por orden alfabético,etc. Cada persona elige cómo quiere tener ordenadas sus cosas.
Lo ideal entonces sería que tuvieras tu orden particular. Un orden que no te creara estrés, malestar, culpa, o que te llevara a perder el tiempo. Pero también un orden que no te llegue a obsesionar, ni a emplear todo el tiempo en conseguirlo. Es decir: lo ideal es buscar el término medio entre la obsesión por el orden y el caos absoluto.
Algunos consejos si tiendes al desorden
Si tiendes a ser algo desordenado, estas pautas te podrían ayudar.
- Haz lo posible por tener un poco de orden en tu día a día, creando ciertos hábitos sencillos que eviten la acumulación del desorden. De esta manera te librarás de los maratones de limpieza que sólo van a agotarte.
- Procura no comprar cosas que no te sean necesarias. Al final llenarás la casa de objetos que no te son útiles, y que terminarán fuera de lugar.
- Si te has propuesto poner orden, organízate por habitaciones y días; de esta forma no te pegarás la gran paliza en un solo día.
- Por último, sería bueno que todos los miembros de la casa se comprometan a llevar un poco de orden, que sería tan sencillo como volver a poner cada cosa donde estaba antes.
Rosa Armas
Colegiada T-1670