El despecho amoroso, un sentimiento del que todos hemos hablado alguna vez. Y también el que todos hemos sentido alguna vez, aunque sea un poquito.
Pero claro, el despecho no surge así como así, de la nada. Para que aparezca se necesita un proceso, como por ejemplo el que te contaré a continuación.
Conocemos a esa persona, que es justo la que estábamos buscando. Esa persona que es “fantástica”, “perfecta” como digo, la que buscábamos. Hemos encontrado al “amor de nuestra vida” o eso es al menos lo que esperamos.
Pero…las estadísticas demuestran que esto no es lo más probable. Por tanto, es posible y además probable, que llegue el momento en que la relación se acabe. Bien porque esa persona ha decidido que no somos lo que quería en su vida, bien porque se ha cruzado otra persona en su camino y se ha enamorado de ella.
Por lo que sea, llega esa dolorosa ruptura. Entonces sentimos eso, de lo que quiero hablarte en esta ocasión: el despecho.
¿Qué es el despecho?
Según la RAE, el despecho es “el resentimiento o disgusto que siente una persona debido a un desengaño o a una ofensa y que la impulsa a obrar vengativamente”
El despecho es un sentimiento que, como te decía al principio, hemos sentido todos alguna vez. Y que en realidad, es una parte más del proceso de duelo por una ruptura amorosa. Es la mezcla de todas las emociones que aparecen en un proceso de duelo, es decir: tristeza, dolor, culpa, pero sobre todo la rabia. Eso sí, vividas todas ellas desde el drama.
Te explico lo que quiere decir vividas desde el drama. “Es el amor de mi vida” “no voy a poder vivir sin ella o sin él” “nunca voy a encontrar a nadie como esa persona» «se ha portado muy mal conmigo y tiene que pagar por ello»…Todo esto es drama.
Bien pues, que sepas que el amor de tu vida es la próxima persona. Quiero decir que el amor de tu vida es el amor que te toca en cada momento, y, vivir sin esa persona…claro que sí que puedes, por supuesto que puedes.
Pues si, tienes razón: no encontrarás a otra persona igual, eso seguro, pero sí que puedes encontrar a otra con la que seas más feliz.
El odio
Otra de las características principales del despecho, además de la presencia del drama, es la rabia o el odio tan intenso que se siente. Sí, odio, con todas sus letras. Lo odias, la odias porque te dejó. ¿Cómo pudo hacerte eso a ti con todo lo que lo o la quisiste y lo que hiciste por ella?
Cuando sentimos que nuestro amor no es correspondido, es casi inevitable sentir ese odio, y por lo tanto, el despecho.
La venganza
Y claro, la rabia y el odio dan lugar al deseo de venganza. Deseas con toda tu alma, reconócelo, que le vaya mal…sobre todo si te ha dejado por otra persona, que le vaya mal “para que sepa lo que se sufre”.
Es así y hay que admitirlo,aunque nunca lo hayamos dicho en voz alta, tenemos que reconocer que lo hemos pensado y más de una vez. Porque, da rabia, mucha rabia, que nos dejen por otra persona, y que nosotros lo pasemos muy mal y esa persona sea muy feliz.
Cuidado, cuidadito si pretendes ser excesivamente correcto y disimulas o no expresas esa rabia, porque, si no la sacas, te hará mucho daño.
Hay algunas personas que en lugar de desearle a su ex todo el mal del mundo y un poco más, y como venganza, deciden iniciar rápidamente otra relación, como una forma de darle celos. Si has pensado en esto, valóralo con detenimiento. Puede que al final, esa opción te perjudique más a ti.
Yo te recomendaría que en lugar de estar pensando en vengarte, pases página y sigas con tu vida, es lo mejor.
Seguro que cuando has oído decir de alguien eso de “está despechada”, habrás notado que se dice con un tono que puede rozar lo despectivo. Pero ten en cuenta que no es más que un sentimiento, y como tal es lícito, es normal, es… tan humano como cualquier otro.
El problema está, como casi siempre, en que ese sentimiento se alargue demasiado en el tiempo. Como todos los sentimientos o las emociones, son buenas pero todas tienen su momento.
Por qué podemos mantenernos en el despecho
Pues, aunque te suene muy raro, aunque pueda parecer que con el despecho lo que haces es odiar profundamente a esa persona que te dejó, la realidad es otra y es todo lo contrario. El despecho te mantiene vinculado a esa persona a través de ese sentimiento que es la rabia.
Es algo así como seguir teniendo parte de tus cosas personales en su casa. Hace que ese vínculo se mantenga, con la fantasiosa esperanza de que en algún momento la relación se pueda retomar. De que en algún momento “se dé cuenta de lo bien que estaba conmigo y vuelva”. Y, por supuesto, ese odio no es más que una mezcla de amor y rabia.
Da miedo, da mucho miedo desligarse del todo, dejar de sentir lo que sea (amor, rabia, odio) y pasar a la indiferencia. O lo que es lo mismo, romper definitivamente el vínculo que te une a esa persona. Porque entonces sí que se acabó, pero del todo.
Es el momento de romper con el vínculo
Puede que si, puede que sea ya el momento de dejar el despecho, de dejar de dramatizar. Ya te has torturado lo suficiente, ya has llorado lo indecible, has contado la historia por enésima vez, tus amigos están hartos de volver a oír lo mismo, has escuchado todas las canciones de desamor que existen.
Puede que sea el momento de parar. Hay algo en ti que, sin saber de qué manera, te dice que ya está bien, que ya es suficiente. Pero si no consigues verlo por ti mismo, quizá pedir ayuda psicológica puede ser una buena opción.
Cómo superar el despecho amoroso
Para poder dejar atrás ese sentimiento tan doloroso y dañino para ti, como es el despecho, lo ideal es que dejes de agarrarte a un clavo ardiendo y empieces a vivir tu duelo. Por supuesto, después de haber aceptado la situación. Como digo muchas veces, casi todo empieza por aceptar.
Es necesario sacar la rabia que sientes, claro que sí, para poder interpretar todo esto con mayor objetividad. Claro que lo que te apetece es ir a ver a esa persona y “decirle cuatro cosas bien dichas” pero, no es la mejor forma.
Una cosa es que sea necesario sacar fuera esa emoción, y otra muy diferente que tengas que montar el espectáculo para hacerlo. Busca una manera que a ti te sirva para que ese odio, pase de estar en ti, a estar fuera. Si no lo consigues, siempre puedes consultarlo con un psicólogo. Existen técnicas que ayudan, técnicas que son muy útiles para eliminar esa emoción que hace tanto daño, para descargar esa mochila tan pesada.
Cuando ya las emociones no te dominen, cuando puedas volver a ser tú mismo, piensa en cuál fue tu responsabilidad. Qué fue lo que tú hiciste mal, pero no con esa persona, no me refiero a si le gritaste o discutiste, me refiero a qué hiciste mal contigo mismo.
Sí, lo sé, puede que esa persona no fuera honesta…que no se portara bien, que te tratara mal, puede que si. Pero siempre, siempre, hay algo que fue responsabilidad nuestra.
Cuando encontramos nuestra parte de responsabilidad, no habremos ganado ni perdido, pero sí que habremos sacado un gran aprendizaje que nos será de gran utilidad en el futuro. Y entonces, podremos seguir con nuestra vida de forma sana.
Rosa Armas.
Colegiada T-1670.