Resulta curioso darnos cuenta de que, esa parte tan pequeña de nuestra anatomía, como son los ojos, pueden dar tanta información a quien los observa. Sin duda, es la zona de nuestra cara más expresiva, y es por eso por lo que podemos transmitir con ella tantas cosas.
Podemos expresar alegría, tristeza, rabia, y otras muchas emociones. Todo eso que expresamos con los ojos, ayuda, por una parte, a la persona que habla, a expresar un mensaje de manera más clara, y por la otra, ayuda a obtener más información a la persona que los observa.
Sin embargo, no todo el mundo es capaz de mantener la mirada en los ojos de su interlocutor. Es más, hay personas que son incapaces de mirar a los ojos a quien tiene enfrente, y si lo hace, es por un breve instante, porque lo pasan verdaderamente mal.
Es posible que sea éste tu caso, que te cueste mucho mirar a los ojos a la persona con quien hablas, y es esto lo que quiero contarte en esta ocasión. Por qué a veces nos cuesta tanto mirar a los ojos.
Por qué a algunas personas les cuesta mirar a los ojos
Es verdad que esto no le ocurre a todo el mundo, hay quien mira a su interlocutor sin ningún problema. Hay otras personas en cambio, a las que les cuesta mucho mirar a los ojos de quien le está hablando, y, como te decía, le mira un instante y luego desvía la mirada.
Por lo general, en una interacción social, la persona que escucha, suele mirar a la que le habla, como una manera de demostrarle que le está escuchando con atención. La persona que habla, suele desviar la mirada por unos instantes, para evitarle a la otra persona alguna incomodidad, o es eso lo que pensamos en principio.
El hecho de no poder mirar a los ojos a la persona que te está hablando, puede tener varias causas que lo expliquen.
La timidez y la fobia social
Estas son algunas de las principales causas por las que una persona no puede mantener la mirada. Las personas tímidas, que por lo general tienen cierta inseguridad en sí mismas, son las que más problemas tienen para mirar a los ojos a su interlocutor. Se pueden llegar a sentir observadas y hasta intimidadas, por lo que desvían la mirada para aliviar su malestar.
Una persona con fobia social, ya no es que no pueda mantener la mirada, sino que es absolutamente incapaz de mirar a otra persona a los ojos.
Los nervios
A muchas personas les pasa esto. Cuando tienen que interactuar con alguien y se ponen nerviosas, no son capaces de mirar a su interlocutor. Pero, no me refiero a los nervios de la situación en sí, que eso se puede explicar por la timidez o la fobia social.
Me refiero a los nervios que se producen en función de quién sea la persona con la que se habla. Por ejemplo, hablar con un jefe u otra persona de autoridad, con una persona muy autoritaria, o con una persona que te atrae , puede producir nervios y la evitación de la mirada.
La distracción
Hay otras personas que, ni son tímidas, ni sienten nerviosismo, sino que simplemente les cuesta mantener la atención en aquello que otra persona les está contando. Por esa razón, cualquier otro estímulo que se mueva a su alrededor, llamará su atención y desviará la mirada. Es la típica persona que se distrae al paso de una mosca.
La mentira
Esta es otra de las posibles causas. Una persona puede no mantener la mirada, si está contando una mentira y prefiere no mirar a su interlocutor, para no ser descubierto. Pero, cuidado con esto, porque no siempre es esta la causa y suele ser más frecuente la timidez que la mentira. De hecho, no todo el que desvía la mirada está mintiendo, y no todo el que miente desvía la mirada.
Además de estas posibles explicaciones al hecho de no poder mantener la mirada en una conversación, en un estudio realizado en la Universidad de Kioto, se ha encontrado otra causa probable. En ese estudio se pudo comprobar que, mantener la mirada a nuestro interlocutor, hace más complicado poder concentrarnos en la conversación que tenemos.
Parece ser que la mirada nos da tanta información, que nuestro cerebro no puede con las dos cosas a la vez, le resulta agotador, y se nos hace necesario desviar la mirada para concentrarnos mejor en lo que queremos decir.
Qué puedes hacer en esta situación
Bueno, en realidad no es necesario mirar a alguien a los ojos para darle a entender que le estamos escuchando. Hay otras muchas señales que se lo pueden indicar. Además de que, mantener la mirada durante un largo rato, puede provocar incomodidad a la otra persona.
Por otra parte, si te ocurre esto por timidez o por sufrir de fobia social, buscar ayuda para superar éstas, puede serte de utilidad.
Ahora que, si la razón es el resultado de ese estudio que te contaba, quizás no podemos hacer mucho en contra.
Sea por la causa que sea, la realidad es que, mantener durante mucho tiempo, la mirada en la persona que nos habla, para nosotros puede ser cansado, y a la otra persona, como te decía, termina por incomodarle con toda seguridad.
Así que, tal vez lo más prudente, sea mirarla unos segundos, desviar la mirada y volver a mirarla, que es probablemente lo que hacemos en general casi todos.
Rosa Armas
Colegiada T-1670.