En cualquier momento o circunstancia, te puedes encontrar con personas que coincidan contigo en modos de pensar, en opiniones, en creencias, o en formas de comportarte. Pero claro, también en cualquier momento te puedes encontrar con otras personas que sean totalmente opuestas a ti en todo eso.
Esas personas tan opuestas a ti, o tal vez tú mismo, pueden saber gestionar muy bien esas diferencias, o puede que no.
Y es que, ya lo decimos en muchas ocasiones, eso de “es que hay gente para todo” y sí, efectivamente hay gente para todo. Y como hay de todo, también hay de esas personas que llamamos intolerantes. Esas personas que están llenas de prejuicios, que no aceptan como verdadera, ni siquiera como posible, la opinión o la forma de vida de otra persona, que sólo acepta la suya porque cree que es la única correcta.
Es verdad que no es tan fácil ser una persona tolerante al cien por cien. Posiblemente siempre habrá algo en nosotros que nos haga ser intolerantes, al menos un poco.
Posiblemente, la respuesta a si eres tolerante o no, no sea totalmente sí, ni totalmente no. Pero también es verdad que hay personas absolutamente intolerantes, y de éstas es de las que quiero hablarte en esta ocasión.
Cómo son las personas intolerantes
Hay algunas actitudes y algunos otros comportamientos, que son comunes en las personas intolerantes, y por todos ellos las podrás reconocer.
Son totalmente fanáticos al defender sus ideas
En las situaciones en las que han de defender su postura o sus creencias, las personas intolerantes son totalmente fanáticas. Da igual el tema del que se trate, religión, política, agricultura, el que sea. No suelen ser capaces de tener una conversación sosegada, al contrario.
Sus pensamientos, y por tanto sus expresiones son bastante extremas. Tanto que pueden hacerte llevar las manos a la cabeza, y por supuesto intentan, por todos los medios, convencer a su interlocutor de que debe pensar igual que ella.
Se inventan argumentos para convencer
Una persona intolerante, tiene la sensación de que ha de defenderse de los que opinan de manera diferente. Por lo tanto, si se quedan sin argumentos que convenzan al otro, son capaces de inventarlos.
Inventan teorías sobre cualquier tema, y hacen ver que saben muy bien de lo que están hablando, cuando en realidad no tienen ni idea. Si a pesar de todo esto la persona llega a sentirse acorralada, puede llegar a mostrarse agresiva con los demás.
Tienen muchos prejuicios
Esto quiere decir que hacen un juicio previo de cualquier persona e incluso de una situación, en base a una opinión que ya tenían de antes.
Son personas muy influídas por los estereotipos, y pueden hacer un juicio de alguien por su raza, orientación sexual, aspecto físico, género, etc… antes de tener ninguna información sobre la persona.
Tienen una actitud discriminatoria
Esto está relacionado con el punto anterior, por supuesto, una persona con muchos prejuicios discriminará a los que sean diferentes a ella. Pueden discriminar a otros por razones de raza, cultura o sexo. Pero también por ideales políticos, o de cualquier otro tipo.
No te escucharán
Es otra característica muy típica de una persona intolerante, la de no escuchar. Como cree saberlo todo, pero además cree que lo que piensa es lo correcto, no le interesa escuchar ninguna otra opinión y menos si no coincide con la suya.
Si en una discusión con alguien intolerante, pretendes que escuche tu punto de vista, vas a perder tu tiempo, tu energía, y puede que hasta tu paciencia.
Suelen tener conflictos en su relación con otras personas
Como no, con este perfil, lo raro sería que no los tuvieran. Teniendo en cuenta que no dejan a los demás expresar su opinión, y que llegan a tener una actitud agresiva en muchas ocasiones, es muy normal que las personas que les rodean terminen por alejarse de ellas. No hay mucha gente que pueda soportar esto.
Pero además de agresivos, son también autoritarios y todo se tiene que hacer como ellos digan. Y claro, esto tampoco es fácil de soportar.
Su pensamiento es rígido y dicotómico
Rígido porque no aceptan que pueda haber otras opiniones que sean tan buenas como las suyas, y si alguien intenta darles otro punto de vista, se les genera una gran ansiedad. Dicotómico porque ven la vida en términos de bueno o malo, de blanco o negro, no existen los términos medios, ni los matices.
Por ese pensamiento dicotómico, otra persona que no comparta su opinión, simplemente será su enemigo. Será algo así como o está a mi favor, o en mi contra.
Suelen ser muy rutinarios
Al tener una mente tan rígida, se sienten más seguros haciendo siempre las mismas cosas. Los imprevistos no los llevan nada bien, les crean inseguridad.
Son agresivos y con poca paciencia
Estas personas están tan convencidas de que lo que piensan es lo único válido, que cuando otra persona tiene la osadía de llevarles la contraria, la perciben como una auténtica amenaza: y sacan su agresividad como una forma de defenderse.
No te atrevas a criticarles
No, porque no encajan nada bien las críticas. Ellos sí que pueden hacerlo contigo, porque lo que tú opinas no es lo correcto. Pero no les critiques tú, no lo llevan nada bien, y aquí también sacarán su agresividad.
Tienen una alta reactancia psicológica
Esto significa que las personas intolerantes tienden a llevar la contraria cuando alguien les contradice en sus opiniones, o cuando les dan información que no confirma sus argumentos.
Presentan un sesgo de confirmación
Debido a esa intolerancia, sólo le prestarán atención a la información que confirma sus opiniones, mientras que rechaza lo que le sea opuesto.
Cómo tratar con una persona intolerante
Todos conocemos a alguien así. Alguien con muchos prejuicios, que se expresa de forma agresiva y que no escucha a los demás. Claro que, si es una persona que nos pilla de lejos, no tiene mayor importancia. El problema se presenta cuando es alguien cercano, y no nos queda otra que “lidiar” con ella.
- Para empezar, no te lo tomes como algo personal. No es contigo con quien esa persona funciona así, es con todo el mundo, digamos que es su problema, probablemente porque fue educada en un ambiente autoritario. Entender esto así te va a ahorrar mucho malestar.
- No intentes convencerle. No, no lo vas a conseguir. Más que nada porque no te estará escuchando, con lo cual, vas a perder el tiempo. No gastes energía con una persona que por más que lo intentes, no te querrá escuchar.
- También puedes, por supuesto, establecer tus límites, si ves que la persona en cuestión los sobrepasa. Expresarle tu molestia por alguna de sus conductas, diciéndole exactamente cómo te has sentido y cuál es la conducta que te molesta, puede servirle para darse cuenta de ellas y tal vez, pero sólo tal vez, para intentar cambiarlas.
- No le respondas con agresividad. En el caso de que se ponga agresivo, responder de la misma manera sólo va a agravar la situación.
- Escúchale y no hagas nada. Tal vez esto puede sonar un poco sumiso o conformista. Pero te aseguro que saldrás ganando si te dedicas a escucharle, y en cuanto puedas, cambias el tema de la conversación. Tú piensas lo que piensas, y como esa persona no te escuchará ni estará de acuerdo, mejor deja que hable y ya está. Lo ganarás en salud.
Rosa Armas
Colegiada T-1670.