De la misma manera que ocurre con las enfermedades físicas, los trastornos de la salud mental ambién se agravan cuando no se recibe el tratamiento oportuno.
Una intervención adecuada, y lo más temprana que sea posible, puede evitar que se llegue a un estado verdaderamente crítico de nuestra salud mental. Por esta razón, es importante estar atentos a cualquier cambio que podamos sufrir a nivel emocional, y también a nivel comportamental.
Pero no sólo debemos estar pendientes de nuestro propio estado y de esos cambios, sino también de las personas que componen nuestro entorno más próximo, con la intención de detectar una posible crisis emocional.
Una de estas crisis emocionales la podemos tener cualquiera de nosotros en cualquier momento. Pero sobre todo cuando nos ha ocurrido algo importante, que nos resulte traumático y que no sepamos cómo afrontar.
¿Qué es una crisis emocional?
Llamamos crisis emocional a un estado temporal de mucha agitación, inquietud o desorganización; en el cual las emociones nos desbordan, y no nos permiten resolver un problema o una situación concreta que sí habríamos podido resolver en otra ocasión.
La crisis emocional se produce cuando vemos que los recursos que solíamos utilizar para resolver un problema, ahora no nos resultan ni suficientes ni efectivos.
No todas las personas afrontamos de la misma forma los sucesos más o menos estresantes que nos ocurren a lo largo de la vida. Y así, hay algunas personas que son más propensas a sufrir una crisis emocional que otras: dependiendo de las habilidades que tengan o no para afrontar dichos acontecimientos.
Cómo detectar las primeras señales de crisis emocional
Existen algunos signos, que nos pueden indicar que una persona cercana está pasando por una crisis emocional. Y digo cercana, porque para darnos cuenta de los posibles cambios debemos conocer muy bien el comportamiento habitual de esa persona.
Y es que una de las señales más claras de que hay una crisis emocional es precisamente esa, un cambio muy notorio en el comportamiento de dicha persona. Algunos de esos signos son:
Cambios en el estado anímico
Como por ejemplo que la persona esté muy irritable, e incluso con un estado de ira… o que se le vea muy triste, muy ansiosa o intranquila. En definitiva, que su estado de ánimo refleje un cambio notable frente al que es habitual en ella.
Es importante además estar pendiente de los niveles de ansiedad, o la aparición de ataques de pánico.
Abandono de actividades cotidianas
También son importantes los cambios relacionados con su actividad diaria, como por ejemplo abandonar hábitos que tenía muy estables; como ir al gimnasio, o alguna otra actividad que hacía con asiduidad y que deja de hacer. Además de eso, el abandono de sus relaciones sociales puede ser también un dato relevante.
Por otra parte, se podría percibir también un abandono o descuido en su aspecto físico Y en su cuidado e higiene personal.
Bajada del rendimiento
Otro de los signos puede ser una disminución en su rendimiento habitual en el desempeño de su actividad diaria, ya sea laboral o académica.
Cambios en el sueño y el peso corporal
Una señal muy frecuente de crisis emocional suele ser el cambio en los comportamientos del sueño. Es decir, se puede presentar un problema de insomnio que no había anteriormente…o bien, un exceso de horas que la persona emplea para dormir.
Por otra parte puede haber o un aumento en el peso corporal, o una bajada de peso importante y evidente.
Todos estos cambios, nos deben alertar de que algo extraño está ocurriendo, tanto en nosotros mismos, como en alguien cercano a nosotros. Sin embargo, no siempre son tan evidentes. Es cierto que en algunas ocasiones se dan de forma brusca y se ven claramente, sobre todo cuando ha habido un acontecimiento que los haya provocado: como la muerte de un ser querido o la pérdida de un trabajo, por ejemplo.
Pero en otras ocasiones se dan de una manera tan progresiva que no son tan fáciles de detectar, y pueden pasar desapercibidos.
Qué puedes hacer si tu ser querido tiene una crisis emocional
Si te has dado cuenta de que una persona querida para ti no está como siempre…si sospechas que esa persona no está bien, aunque no sepas exactamente qué es lo que le ocurre, no lo dejes pasar y habla con ella.
Si se trata de una persona cercana a ti, no tendrás la necesidad de dar demasiados rodeos. Así que dile que no la ves bien y que necesitas saber qué le ocurre. Sin ninguna duda, cuando estamos ante una crisis emocional, lo primero es poder contarle a alguien qué es lo que nos pasa.
Si esa persona empieza a contarte algo, no tengas prisa y déjala hablar. Escucha atentamente, sin hacer juicios, sin hacer críticas, sin buscar culpables, sin darle consejos, simplemente escucha. Lo que más alivia en esas situaciones es poder hablar y expresar lo que nos pasa.
Aunque algunas veces no resulta fácil expresar con palabras lo que nos está ocurriendo. Así que siempre puedes ayudar un poco, preguntando a esa persona cómo se siente; qué ha pensado hacer con esa situación, o en qué podrías tú ayudarle. Sin embargo, la mejor opción que puedes darle, es siempre la opción de que lo consulte con un profesional.
Si por el contrario eres tú quien lo está pasando mal, igualmente busca a una persona de tu confianza con quien puedas hablar del tema que te preocupa. Como te decía, sólo con poder hablarlo ya alivia bastante.
Además de eso, puedes practicar alguna técnica de relajación y hacer algo de ejercicio físico, que no tiene por que ser muy intenso, puede bastar con simples paseos, que muchas veces ayudan a ordenar ideas y verlo todo con un poco más de claridad.
¿Cuándo buscar atención psicológica inmediata?
Hablar con una persona cercana y querida sobre aquello que nos preocupa, puede, como te decía, aliviar el malestar que podamos tener, y nos ayuda a desahogarnos.
Sin embargo: cuando estamos con una crisis emocional, lo ideal sería hablar con un psicólogo, que es quien tiene las herramientas adecuadas para ayudarnos. Y esto, es conveniente hacerlo, cuando ves que estás desbordado, cuando te sientes bloqueado y sientes que por ti mismo no puedes con la situación.
Te cuento ahora cuándo sería conveniente buscar esa atención psicológica inmediata.
Si sientes que las emociones te desbordan
Cuando sientes que no eres capaz de gestionar tus emociones, ya sea por un exceso de rabia o por una gran tristeza, tal vez se ha apoderado de ti la desilusión o un gran desánimo. Y si todo eso no te deja funcionar como lo hacías antes, es un buen momento para hablarlo con un psicólogo.
En esos momentos, es muy probable que necesites técnicas que te ayuden a gestionar esa emocionalidad, porque, aunque las emociones no son malas en absoluto, cuando nos desbordan, no nos permiten actuar todo lo bien que lo haríamos en otros momentos.
Pero también es conveniente buscar esa ayuda, cuando el estado de ánimo es excesivamente bajo, es decir, cuando sientes una gran apatía y la ausencia de energía suficiente para seguir funcionando con normalidad.
Si tus niveles de ansiedad son elevados
Cuando sientes una gran ansiedad o inquietud, si tienes síntomas ansiosos con frecuencia como puede ser la aceleración del ritmo cardíaco, o la sensación de que te falta el aire y no puedes respirar. O bien, cuando en algún momento has sentido verdadero pánico, ante una situación en la que no correspondía un miedo tan intenso, es sin duda el momento adecuado para buscar ayuda de emergencia.
Si tienes ideas autolesivas
Por supuesto, esto sin dudarlo. Si tienes algún pensamiento de hacerte daño, no lo dejes pasar, no creas que son tonterías. Es mucho mejor que lo hables con un profesional.
Puede ocurrir que tengas esos pensamientos y no quieras preocupar a tus seres queridos, así que recuerda que un psicólogo te puede ayudar, guardando el secreto profesional que corresponde.
Si tienes síntomas de estrés
En estos casos también es adecuado. Recuerda que el estrés se manifiesta tanto a nivel psicológico (con inquietud, ansiedad e insomnio, e incluso con irritabilidad y llanto incontrolable) como a nivel físico (con dolores de cabeza o dolores musculares).
Pero recuerda también, que mantener un estado estresante durante mucho tiempo tiene, para la salud, unos efectos bastante dañinos. Por lo tanto, es importante buscar ayuda en estos casos.
Si tu entorno no para de insistir
Además de todo lo anterior, otro buen momento para buscar ayuda psicológica inmediata, es cuando tú realmente no te encuentras bien, pero además tu entorno más cercano, te insiste en que no te ven bien y que busques ayuda. Por lo general, son los demás los que perciben con mayor claridad que algo ha cambiado en nosotros, y que hay algo que no está bien del todo.
Así que si tú no te encuentras bien, pero tu entorno tampoco y está preocupado, es una buena idea buscar esa ayuda.
A todos nos ha ocurrido alguna vez algo así. Todos hemos pasado algún momento difícil, en el que no sabíamos cómo actuar o en el que nos faltaban las fuerzas para actuar.
En esos momentos complicados que la vida nos pone, cuando sentimos que una situación nos ha superado y que nos hemos quedado sin recursos para gestionarla, es el momento de optar por pedir la ayuda de un psicólogo.
No creas ni por un momento, que pedir ayuda es un signo de debilidad. Por el contrario, pedir ayuda cuando sentimos que la necesitamos, es una señal de que queremos volver a estar bien, para seguir adelante con más fuerzas.
Y tampoco creas eso de “ya pasará” Porque muchas veces no sólo no pasa por arte de magia, sino que puede incluso complicarse y hacerte pasar una muy mala temporada.
Rosa Armas
Psicóloga colegiada T-1670