Hay ciertas personas que, por los rasgos de personalidad tan acusados que presentan, son capaces de crear un gran malestar emocional a las personas que les rodean.
De hecho es seguro que conoces a gente con una gran positividad y energía, con la que te apetece pasar tiempo porque parece que te recargan. Sin embargo, conocerás a otras que al pasar un rato con ellas te agotan, te debilitan y te crean malestar…pero no sabes por qué.
Entre estas últimas, puede que haya alguna a la que se la pueda considerar un vampiro emocional.
¿Qué es un vampiro emocional?
Se conoce como vampiros emocionales, o también depredadores emocionales, a esas personas que se aprovechan de las emociones positivas que tienen otras personas, para compensar la negatividad que ellas mismas tienen.
Dicho de otra manera: son personas que se sienten mejor cuando consiguen que los demás se sientan mal, debido a la carga de emocionalidad negativa que transmiten.
Ya hemos hablado en otra ocasión, de algunos tipos de personas o amistades tóxicas con las que te puedes encontrar. Esas personas que son tóxicas son los que también se llaman vampiros emocionales. Y teniendo en cuenta que son personas que utilizan tus emociones y que pueden llegar a agotarte, es buena idea saber cómo las puedes reconocer.
Cómo actúan los vampiros emocionales
Todos nosotros, en nuestras interacciones con otras personas, no sólo interactuamos con esas personas sino que lo hacemos también con sus emociones. Sin embargo, unas veces esa interacción es positiva y otras no lo es tanto.
Una interacción es positiva cuando una persona cercana y querida por ti ha alcanzado alguno de sus objetivos que le hace feliz, y tú te alegras por ella. En este caso, estás compartiendo con esa persona su emoción positiva y su alegría.
Por supuesto, nos apetece más estar con personas así: con las que nos cargan de positividad y con las que nos sentimos bien.
La interacción es negativa cuando esa misma situación, es decir, cuando alguien se siente feliz, a ti te produce malestar. Ese malestar se puede traducir en envidia, rabia, tristeza, frustración, etc…
Llegas a convertirte en un vampiro emocional cuando le dices a esa persona cualquier cosa que haga disminuir su felicidad, y al mismo tiempo a ti te haga reducir tu malestar, tu envidia o tu rabia. Cuando reconozcas esta actitud en una persona, es posible que estés ante un vampiro emocional.
Cuáles son las características de un vampiro emocional
Es verdad que, reconocer esta acción en un momento concreto, no tiene por qué significar que esa persona es un vampiro emocional. Podría ser que fuera sólo una cosa puntual, porque sentir envidia, por ejemplo, nos ha pasado a todos alguna vez. Es un sentimiento humano que a veces no podemos evitar. El problema sería que esa conducta fuera la habitual.
Además de esa actitud que te acabo de contar, hay algunas otras características generales que suelen tener todos los vampiros emocionales:
Son personas pesimistas y negativas
Aunque es cierto que la personalidad pesimista es ya una personalidad tóxica o un vampiro emocional de por sí, también lo es que los vampiros emocionales, en general, suelen fijarse siempre en la peor parte de todas las cosas: en su parte más negativa. Para todo lo que les pasa a ellos tienen una queja, y para lo que les cuentes tú, tienen una pega.
Como te decía antes, buscan la forma de reducir tu alegría. Así que si les dices que al fin te has comprado esa casa que tanta ilusión te hacía, te dirán que no es buena zona. Si te has comprado el coche que te gustaba, dirán que gasta demasiado combustible. Si has conseguido ese trabajo que perseguías, dirán que tiene demasiada responsabilidad…o bien que es que has tenido mucha suerte, o sea, que no ha sido mérito tuyo: y así con todo lo que digas.
Nunca tienen la culpa de nada
No suelen asumir su responsabilidad en nada de lo que les ocurre. Con lo que puedes terminar asumiendo culpas que no son tuyas.
Tienen baja autoestima
Por lo general, el concepto que tiene un vampiro emocional de sí mismo es tan pobre, que no soporta el éxito de los demás. En lugar de trabajar para mejorar su propia vida, hacen lo posible para hacer sentir mal al que ha conseguido el éxito de alguna manera.
Su vida no les satisface
A pesar de que pueden contar muchas cosas acerca de ellos, si indagas un poco verás que su vida es mucho más simple y vacía de lo que ellos reconocen. Y es por esa razón por la que intentan, consciente o inconscientemente, reducir las buenas emociones de los demás.
Lo más probable es que todo lo que cuentan sobre ellos, está adornado, está exagerado o es mentira.
Tienen muy poca empatía
Los vampiros emocionales no son capaces de ponerse en tu lugar, no te van a comprender te ocurra lo que te ocurra. Son personas que están exclusivamente pendientes de ellas mismas.
Quieren ser el centro de atención
Siempre buscarán estar por encima de los demás, ya sea en logros o en desgracias. Lo de ellos es lo más importante, o lo mejor, pero también lo peor, cuando se habla de situaciones poco agradables.
Les encanta recordarte tus errores
Aprovechan cualquier momento para resaltar y recordarte tus errores, los presentes y los pasados. Pero no sólo los tuyos, también los de otras personas. Esto a ti te puede servir para sentirte mal, a ellos les sirve para sentirse superiores a ti.
Te terminan agotando
Un indicador importante de que estás con un vampiro emocional, es que, cuando ya no está contigo te sientes agotado. Te sientes como si algo o alguien te hubiera robado toda la energía que tenías. Es probable que esto lo hayas notado alguna vez.
Se sabe que las emociones se contagian
Cuando interactuamos con una persona positiva, su emoción se nos contagia y nos hace sentir bien. Pero también ocurre esto con las emociones negativas que tenga una persona, nos contagia y nos crea malestar.
Tipos de vampiros emocionales
Hay muchas clases de vampiros emocionales con los que puedes encontrarte. Sin embargo, quiero hablarte de los que son más frecuentes y por tanto, con los que es más probable que te encuentres. Y, ten en cuenta que estas personalidades, se alimentan de la energía de los que tienen a su alrededor.
La personalidad crítica
Aunque tal vez tendríamos que llamarla criticona. Son esas personas que, según te encuentran, empiezan a criticar a alguien, a quien sea. Pero no tienen ningún problema en criticarte a ti también, cómo llevas el pelo, cómo vas vestido, lo que haces o dices… Todo es motivo de crítica. Pero no creas que esto es sólo cuando tú estás presente: cuando no estás, te criticarán con otra persona, de la misma manera que critican a otros contigo.
Para este tipo de personalidad, tú estarás siempre equivocado, ellos estarán siempre en lo cierto. Pero, si se te ocurre recriminarles esa actitud, te dirán que te lo dicen por tu bien.
La personalidad victimista
Sólo tienes que observarles y escucharles un poco, para darte cuenta que lo único que hacen es quejarse por todo, que son auténticas víctimas, o eso quieren aparentar. Según estas personas todo lo que les ocurre de malo, y que suelen ser bastantes cosas, siempre es responsabilidad de otras personas, de las circunstancias, o de la mala suerte…nunca de ellos mismos.
Con esta actitud consiguen que tú sientas lástima por ellos. Y aunque no lo creas, si tu estado de ánimo era positivo, consiguen cambiarlo.
Por otra parte, antes que escuchar lo que tú puedas tener que contarles, hablarán ellos de sí mismos, de todo lo malo que les pasa, que siempre es peor que lo que ha podido pasarte a ti.
La personalidad catastrofista
Quizás conoces a alguien como estas. Esas personas a las que les encanta hablar de desgracias y catástrofes. Es el pesimismo llevado al extremo. Y si ha ocurrido alguna catástrofe y no te has enterado, descuida, ellas sí y te la contarán.
Pero no hace falta que sean grandes catástrofes mundiales su tema de conversación. También pueden ser enfermedades, de ellas mismas o de otras personas, de las que también se han enterado.
La personalidad agresiva
Hay personas que son agresivas por naturaleza, y sólo necesitan un gesto tuyo o una palabra que interpretan de manera incorrecta, para tener una reacción agresiva.
Estas personas te terminan agotando, porque en tu interacción con ellas tienes que tener un cuidado exquisito en no molestarlas con nada.
La personalidad pesimista
Ya te decía más arriba, que este es un tipo de vampiro emocional. Son esas personas que sólo ven el vaso medio vacío, nunca medio lleno.
Sólo ven la parte negativa de lo que les ocurre. Y aunque fuera algo bueno, se fijarán exclusivamente en el “pero” que tiene. Y claro, si tú intentas hacerle ver la ventaja o la parte buena, te darán un argumento en contra que no podrás rebatirle.
Las personas envidiosas
Este es otro grupo de vampiros emocionales muy fáciles de encontrar. La emvidia es su emoción predominante.
Todo lo que tienen los demás, lo que hacen, lo que han conseguido, es motivo de envidia para estas personas. Y su manera de expresar esa envidia es quitarle importancia o valor a todo lo ajeno, con comentarios despectivos.
La personalidad excesivamente habladora
Son esas personas que te utilizan para descargar todo lo que quieren o tienen que decir, o sea, te utilizan para desahogarse. Eso no sería tan malo, si pudieras intervenir tú también. Pero no es así, no te escucharán, sólo hablan y hablan. Esto, sobra decirlo, te termina agotando y mucho.
¿Cómo actuar ante un vampiro emocional?
Cualquier persona que conozcas, no puede actuar contigo como un depredador emocional. Para poder hacerlo, se necesita proximidad y confianza.
Además, necesita conocerte para saber cuáles son tus debilidades. Y esto es realmente un problema a la hora de reconocer a una de estas personas e intentar alejarte. Porque, al ser una persona tan cercana, no es tan fácil poner distancia con ella. Aunque desde luego, eso sería lo más sano para ti: o al menos reducir el contacto todo lo que te sea posible.
Sí que puedes tener una conversación con esa persona, decirle cómo te sientes con su actitud y esperar que la cambie. Pero como suelen tener muy poca empatía y creen que siempre tienen razón, es posible que no te sirva de nada.
Si esto no te funciona, y teniendo en cuenta que tienen baja autoestima y que tal vez no sean conscientes de lo que hacen, quizás podrías conseguir que lo que digan no te afecte, haciendo oídos sordos a lo que dicen.
En el caso de que tratar con esa persona te resulte realmente agotador, limita en lo posible la interacción con ella y establece tus propios límites: tanto si le gusta como si no.
Pero claro: hay quien es muy insistente, y si pones tus límites, o te alejas, podría seguir su ataque hablando mal de ti a las personas que te conocen. En ese caso, es imposible averiguar con quien ha hablado: pero aunque lo supieras, no es lógico ir uno por uno explicando tus razones.
Así que, solo te queda explicarlas a aquellos que quieran saber y te pregunten directamente. A los que no… que crean lo que quieran.
Rosa Armas
Colegiada T-1670.