La jubilación: cómo prepararse psicológicamente

planear psicológicamente para la jubilación

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Si has pensado alguna vez en realizar alguna gestión que te permita disponer de algo de dinero al llegar a la edad de la jubilación, casi en cualquier sitio te puedes informar de qué es lo que puedes hacer, o cuáles son las opciones que tienes.

Diferentes métodos, en forma de planes de ahorro, por ejemplo, nos aseguran llegar a la jubilación con una economía más que holgada. Siendo algo previsores, esto puede ser relativamente fácil.  

La preparación psicológica para la jubilación

Pero, si bien la parte económica será importante, prepararse psicológicamente para esta etapa de nuestra vida, no lo es menos.

Y es que a la hora de la jubilación, no sólo nos enfrentamos a la última etapa de nuestra vida; sino también a numerosos cambios, que algunas personas podrían llegar a percibir como pérdidas. Pérdida de  actividad y vida social, de compañeros de trabajo que en muchos casos podrían ser también amigos, pérdida de potencial económico, etc. Además de la disminución en las cualidades físicas, por lo que también tendremos que pasar y que no resulta menos importante que todo lo anterior. 

Por lo tanto, llevar a cabo ese cambio de vida de una manera progresiva, siempre que esto sea posible; y enfocarse en nuevas actividades e intereses una vez que se deja de trabajar, por ejemplo, son aspectos que formarán parte de la  estabilidad psicológica y de la felicidad en la edad de la jubilación. 

Es cierto que, hay muchas personas, que están, prácticamente contando los días que le faltan para jubilarse, porque hay muchas cosas que quieren hacer, para las que ahora les falta tiempo. Pero, para muchas otras, dejar de tener esa rutina diaria que han tenido durante tantos años, dejar esa forma de vida, no resulta nada fácil, les hace tener la sensación de inutilidad, y de no saber qué hacer con tanto tiempo libre. 

Además, la relación con su familia más cercana, también sufrirá cambios. De golpe, se pasa de salir de casa por la mañana y pasar muchas horas fuera, en algunos casos, la mayor parte del día, a estar todo el día en casa, junto a la pareja, y muchas veces sin saber qué hacer. A esta nueva circuntstancia, no sólo tendrá que acostumbrarse la persona que se jubila, el resto de la familia, y sobre todo su pareja, también. Digamos que,en cierto modo, tendrán que aprender a convivir, otra vez.  

Por lo tanto, habrá que darse tiempo para acostumbrarse a la nueva situación. Según los expertos en el tema, el tiempo para adaptarnos al hecho de habernos jubilado está entre seis meses y un año.  

Para algunas de las personas que se jubilan, esta etapa significa el inicio de nuevas oportunidades; tanto de aprendizaje como de tiempo de ocio y descanso. Para otras sin embargo, significa prácticamente el final de la vida. Para estas personas, la jubilación es un auténtico drama. Por supuesto, que se viva de una forma o de la otra, va a depender de cómo interprete cada uno esa nueva situación, y además, de las expectativas que tenga para su vida, a partir de ese momento. 

Parece ser que, la jubilación la llevan peor los hombres que las mujeres, por el simple hecho de que las mujeres, por lo general, han hecho muchas más cosas además de acudir a su trabajo, la mayor parte de las tareas de casa por ejemplo, y después de jubilarse, no notan tanto la diferencia porque las siguen haciendo. 

Qué opciones tienes una vez que te jubiles.

Como decía, algunas personas viven la jubilación como una catástrofe que no pueden remediar. Muchas de ellas se vuelven apáticas, tristes, sin ningún aliciente o ilusión, y hasta pueden sentirse como inútiles, ahora que no trabajan y no se consideran productivos. En el mejor de los casos, se dedican a cuidar de los nietos, y esta, no es una mala opción, pero desde luego no es la única opción.  

Otras personas, a pesar de haberse jubilado, mantienen actividades relacionadas con la profesión que han ejercido durante toda la vida, simplemente porque es eso lo que les apasiona realmente. Por ejemplo, alguien que ha trabajado como médico, después de haberse jubilado de su trabajo, podría dedicarse algunas horas al día a la consulta de pacientes en centros privados. Esto les va a permitir mantenerse en actividad, pero además en la actividad que les gusta y en la que conocen a la perfección. 

Algunas otras en cambio, ven la oportunidad en la jubilación de dedicar el tiempo del que disponen ahora a realizar tareas nuevas, a hacer esas actividades que siempre les gustó: pero que durante su vida laboral no tuvieron el tiempo o la ocasión de poner en práctica. Aprender un idioma, aprender a tocar un instrumento musical, pintar cuadros o escribir: son sólo algunas de las muchas cosas que se podrían hacer después de la jubilación.  

Hay otro grupo de personas, que no tienen planeado con anterioridad lo que quieren hacer cuando se jubilen. Simplemente, van aprovechando las ocasiones según van apareciendo. Si les surge un viaje se van de viaje, pero si surge cualquier otra cosa, se apuntan también. Digamos que no tienen objetivos claros, sino que van probando con diferentes actividades hasta encontrar la que les gusta. 

Por último, y todos conocemos a personas que lo hacen, están aquellos jubilados que sin mayor complicación disfrutan de su tiempo libre, que bien merecido se lo tienen. Los bancos de los parques y alguna que otra cafetería, son testigos de ello. Son personas que no hacen ninguna actividad en concreto, pero lo más importante es que ni se aburren, ni se deprimen. 

Como verás, hay gustos para todo. Sin embargo, lo peor que podrías hacer una vez te hayas jubilado, sería quedarte permanentemente en casa, delante de la televisión y dejando que pasen los días sin pena ni gloria ¿Cuál de estas opciones vas a elegir tú para cuando te jubiles?

Cómo prepararse para la jubilación 

Para esas personas que creen que les va a costar más la jubilación, lo ideal sería hacerse a la idea de que en algún momento van a tener que jubilarse. Pero eso es sólo el final de una etapa de la vida, y en absoluto significa el final de la vida.

Además, todo ese tiempo libre puede suponer una etapa de gran crecimiento personal; ya que te podrás dedicar a todo aquello que el trabajo no te permitió hacer. 

Será el tiempo perfecto para dedicarlo a tus aficiones, a tus relaciones personales, al ejercicio físico o a los viajes, por ejemplo. Y es que todas esas cosas serán muy importantes para seguir estando activo 

Por tanto, sería bueno ir pensando en qué querrías hacer, a qué te querrías dedicar cuando ya no tengas la obligación de ir a trabajar. 

Recuerda que lo más importante para llevar una jubilación equilibrada y feliz, no depende de a qué actividad te vayas a dedicar. Lo importante va a ser que te mantengas ocupado. No importa en qué, lo importante es que sea en actividades que te gusten. 

Puedes elegir hacer eso que siempre quisiste hacer, pero también puedes escoger alguna cosa en la que nunca habías pensado. Y si no te decides por nada en concreto, una buena opción es ayudar a otras personas que puedan beneficiarse de tus conocimientos y tu experiencia.

Además, mantener todo lo activa que puedas tu vida social es también una buena alternativa, aunque ya sabes que eso es importante tanto antes como después de la jubilación. 

En definitiva, la idea sería que te mantengas activo en las cosas que te guste hacer, disfrutando al mismo tiempo, de esas tan merecidas vacaciones. 

Rosa Armas 

Colegiada T-1670. 

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