Sin duda habrás vivido momentos en los que te has sentido menospreciado, o lo que es lo mismo, no te has sentido respetado. Esto, que seguramente nos ha pasado a todos, no resulta nada agradable.
Y aunque este no sea un tema que tengamos todo el día en la mente, es cierto que a todos nos gusta que los demás nos respeten. Pero no sólo es que nos guste, es que es un derecho que tenemos todos.
Hay una expresión muy famosa que dice que el respeto hay que ganárselo. Y aunque como decía es un derecho que tenemos, es cierto que hay algunas cosas que hacemos, o algunas otras que no hacemos, que impiden que consigamos que los demás nos respeten.
De esto es de lo que quiero hablarte en esta ocasión: de qué cosas debemos hacer, o cuáles no debemos hacer, para obtener el respeto de otras personas.
¿Qué entendemos por ser respetados?
Ser respetados por los demás, no significa que los que nos rodean nos tengan miedo, en absoluto. Las amenazas y las acciones para intimidar no generan respeto, solo generan miedo.
Ser respetados significa que una persona nos reconozca y nos valore como iguales, aceptando nuestras opiniones sobre cualquier cosa. Ten en cuenta que, “aceptando” no significa “compartiendo”, significa aceptando que tenemos nuestra propia opinión, aunque los otros no la compartan.
Por lo general, solemos respetar las características que nos resultan admirables, o mejor dicho, a las personas que tienen dichas características. En ese sentido, solemos admirar cualidades como pueden ser: la generosidad, el altruismo, la sinceridad o la discreción…así como otras cualidades que para nosotros supongan una dificultad, como es el caso de algunas profesiones en concreto.
Que por cierto: debemos diferenciar entre el respeto profesional y el personal. Podemos sentir respeto por alguien por su profesión; pero que sus ideas, valores o expresiones, no nos inspiren respeto alguno.
Dicho esto, también hay que aclarar que el que alguien haga o diga algo que no merezca nuestro respeto, eso no implica que tengamos que irrespetarle, o lo que es lo mismo, faltarle al respeto.
¿Cómo ganarte el respeto de los demás?
Lo primero que tengo que decirte sobre esto, aunque supongo que lo intuyes, es que para que los demás te respeten, antes debes respetarte tú mismo. No puedes esperar respeto de fuera, si primero no te lo das tú. Así que voy a proponerte algunas cosas que, sin duda, harán que te respetes…y por tanto, que te respeten.
Después de esto, para que los demás nos respeten es necesario, sin lugar a dudas, tratar con respeto a las otras personas. De ninguna manera podemos esperar que se nos trate de una forma respetuosa, si nosotros no la ponemos en práctica con los otros.
Una cosa que debemos hacer para que los otros nos respeten, es tener la capacidad para decir, de una manera adecuada, que algo que alguien ha hecho nos ha molestado. Esto se llama poner límites.
Esa manera adecuada de decirlo se llama asertividad, y es la capacidad de expresar lo que nos ha molestado de una forma clara y sin ofender a la persona con la que hablamos. De no hacerlo así, estaremos utilizando:
- O bien una manera agresiva y siendo agresivos podemos dar miedo, pero nunca inspirar respeto.
- O bien, actuar de manera pasiva o sumisa, es decir: aguantar lo que nos echen sin decir ni media palabra…y así, desde luego, no nos vamos a hacer respetar tampoco.
Para poder poner tus límites, primero tienes que tener muy claro cuáles son. Has de tener muy claro por qué cosas no estás dispuesto a pasar de ninguna manera, para de esta forma hacérselo saber a los que te rodean.
Aprende a decir NO
Por otra parte, decir “no” a las peticiones que no te interesan o no te van bien, es otra manera de respetarte a ti mismo; y por lo tanto, otra manera de que te respeten los demás.
Si dices que sí a todo, aún cuando te viene mal, los demás se acostumbrarán y pueden terminar por aprovecharse de ti, o sea…por no respetarte.
Habla bien de ti
Otro punto que nos ayuda a ganar respeto, es hablar bien de nosotros mismos. Pero, no estoy hablando de ser vanidosos, ni de hablar constantemente y en todo momento de ti y de lo que haces bien.
Imagina por ejemplo que estás en una entrevista donde optas a un puesto de trabajo. La actitud que yo te propongo es la de hablar de tu formación, de tus cualidades, de tu experiencia y de tus ganas de trabajar. Obtendrás más respeto así que si hablas en términos de, “yo no sé si sabré…”, “no sé si voy a poder…” ¿hay mucha diferencia verdad?
De lo que se trata es de centrarte en tus fortalezas y en lo que puedes aportar, y no en tus debilidades. Se trata de tener seguridad en ti mismo, y eso es de respetar.
No intentes complacer a todo el mundo
Sé amable con los demás y da las gracias cuando creas que debas hacerlo. Pero ser amable no quiere decir que tengas que complacer a todo el mundo. Cuando intentas complacer a todos los demás, en algunos momentos dejarás de complacerte a ti, con lo que estarás dejando de respetarte. Y eso ya sabes lo que conlleva, que los demás tampoco te respeten.
Cumple tus promesas
Por otra parte, debes mantener una congruencia entre lo que dices y lo que haces y además, en lo que dices que vas a hacer.
No estoy hablando de no cambiar de opinión nunca, porque eso es imposible, en algunas ocasiones cambiamos de opinión y eso es normal. Estoy hablando de ser una persona coherente con lo que dice y con lo que hace: ser una persona auténtica, independientemente de quién esté alrededor, así como cumplir con tus promesas y con tus compromisos.
Per, en el caso de que no puedas cumplir con esto, que a veces pasa, mejor di la verdad y no te inventes excusas… eso sin duda te hará una persona a la que respetar.
No te disculpes por todo
Hay personas que están continuamente pidiendo perdón por todo, hasta por lo que no ha sido responsabilidad suya. No hagas esto si quieres el respeto de los demás.
Deja las disculpas para cuando realmente tengas que pedirlas. Y claro, cuando te disculpas porque consideras que debes disculparte, estarás admitiendo tu error…y eso es otra forma de ganarte el respeto ajeno. Así que ya sabes, admite tus errores cuando los cometas.
Respeta tu tiempo
Esto significa que para hacer las actividades que te gustan (que has de tenerlas) tienes que disponer de un tiempo…y ese tiempo no puedes, ni debes, ponerlo a disposición de los demás. Es tuyo y así lo tienes que hacer saber, si dejas eso claro, los demás respetarán tu tiempo y a ti.
No te quedes callado
Cuando sientas que se te está tratando de manera incorrecta, dilo y no te quedes callado. Hacerle saber a la otra persona que ese trato no te parece el adecuado, es otra manera muy buena de respetarte a ti mismo.
Practica la escucha activa
La mayoría de las personas, cuando están en una conversación, están más pendientes de lo que quieren decir ellos a continuación, que de lo que la otra persona les está diciendo. Sin embargo, si escuchas de verdad y de forma activa, te ganarás el respeto de los otros: además de convertirte en una persona con la que apetece hablar.
Atrévete a opinar
No evites dar tu opinión cuando así te apetezca hacerlo. Tu opinión es la tuya, y los demás deberán aceptarla, que no compartirla. Si con algo no estás de acuerdo, estás en tu derecho de decirlo.
Pero no olvides que dar tu opinión, no significa ser agresivo o cuestionar la opinión de los otros…es simplemente dar la tuya.
Acepta los elogios con un simple “gracias”
Cuando te hagan un elogio, simplemente da las gracias por él. No hagas comentarios del tipo, “bueno… no es para tanto”, o “no te creas, no soy tan bueno…”. Recuerda el punto de más arriba, habla bien de ti.
Procura mantener la compostura
Ante una situación algo tensa, mantén la calma y evita actuar por impulso. Las personas demasiado impulsivas suelen meter la pata con bastante frecuencia, y eso puede dar lugar a que disminuya el respeto que se les tiene.
Por último, no olvides que la postura corporal es también muy importante para inspirar respeto. Así que, procura mantenerte erguido, firme y sereno.
Como verás, todo lo anterior son formas de respetarte a ti mismo. Pero es que eso es, sin lugar a dudas, lo que hará que te respeten los demás.
Y además de todas estas cosas: si practicas la humildad en lugar de la soberbia, porque no lo sabes todo y los demás siempre tienen algo que aportarte o enseñarte; si valoras el tiempo y el trabajo de los demás, si mantienes tu palabra, eres puntual y no andas con chismes, sin duda serás una persona digna del mayor respeto.
Rosa Armas
Colegiada T-1670