¿Eres de los que disfrutan leyendo un buen libro, o por el contrario, eso de leer te parece algo insufrible que no soportas y por tanto no haces? Como ya supondrás, hay quien elegiría la primera opción y quien la segunda.
Si eres de los que disfrutan leyendo, tal vez te sorprenda saber que una de cada tres personas no lee nunca o casi nunca…y que de ese porcentaje, son más los hombres que las mujeres los que no leen casi en ningún momento.
¿En qué lado de este porcentaje estás tú? Quizás seas de esas personas que tiene la costumbre de leer todos los días un ratito, o tal vez seas de los que la lectura no entra dentro de sus actividades diarias.
Sea como sea: te diré que tener el hábito de leer todos los días aporta una serie de beneficios a nuestra salud mental, y al buen funcionamiento de nuestro cerebro. Podríamos decir que ir a un gimnasio es el ejercicio de tu cuerpo, y dedicar un rato a la lectura es el ejercicio de tu mente.
Pero claro, me estoy refiriendo a leer un libro: sea éste del género que sea, y da igual si es en papel o en formato digital. Eso de leer el horóscopo del día en un periódico, o leer las publicaciones en el Facebook no cuenta.
¿Cuáles son los beneficios de leer todos los días?
Si eres de esas personas a las que no les gusta nada ponerse a leer un libro, quizás el hecho de enterarte de cuáles son los beneficios que tiene este hábito, sirva para decidirte a elegir un libro, y ponerte a ello al menos un ratito todos los días. Sus beneficios son los siguientes.
Nos ayuda a desarrollar la empatía
¿Quién lo diría verdad? Pues sí, leer nos ayuda a mejorar la inteligencia emocional y a desarrollar empatía Cuando leemos un libro, en él se nos suele describir a sus personajes, lo que hacen, lo que piensan o lo que sienten. Esta descripción hace que conectemos con sentimientos parecidos que hayamos tenido en nuestra vida, y por tanto que nos identifiquemos con ellos, y seamos capaces de ponernos en su lugar.
Esto es lo que se llama ser empático, y lo haremos con mayor frecuencia en el día a día si somos de los que practicamos la lectura a diario.
Reduce el estrés
Dedicar ese ratito a la lectura, sobre todo la de un libro que te está gustando, hace que te centres en los personajes y en la historia. Y que al menos por ese rato, te olvides de las preocupaciones y de los problemas cotidianos.
Por tanto, te ayuda a evadirte de la realidad y a reducir el estrés y a relajarte. Pero además, leer hace que la mente entre en un estado de bienestar y relajación, con lo que, hace que puedas luego dormir mejor. No en vano, muchas personas tienen el hábito de leer un rato justo antes de irse a dormir.
Si eres de esas personas que cuando llega la hora de irse a la cama, vuelves a traer a la mente todo lo ocurrido durante el día…o bien de los que se preocupan por lo que deben hacer al día siguiente (es decir, te dedicas un buen rato a las rumiaciones) casi es mejor que cojas un libro y te distraigas.
Fíjate qué buen desestresante y somnífero al mismo tiempo.
Mejora el funcionamiento del cerebro
Se sabe que al tener el hábito de la lectura, algunos grupos de neuronas establecen una mayor cantidad de conexiones entre ellas. Este dato por sí solo, no parece demasiado importante. Lo interesante de esto es que también se sabe que en un cerebro donde hay más conexiones neuronales, es más difícil que aparezcan síntomas de demencia.
Pero además de eso, te ayuda a mejorar tu memoria, tu concentración y tu capacidad para comunicarte.
Te aporta un vocabulario más rico
Es evidente: estar en contacto a diario con una mayor cantidad de palabras, hará que aumente y mejore tu vocabulario. Pero no sólo eso, además el hecho de ver escritas las palabras hace que recuerdes con más facilidad cómo se escriben, con lo que también puedes reducir el número de faltas de ortografía.
Te aporta más cultura
Sin lugar a dudas, sea el libro que sea (incluso los de ficción total y absoluta) pueden aportarte algún dato que no conocías. Claro que si te gustan los libros históricos, por ejemplo, te puedes enterar de muchas más cosas curiosas e interesantes.
Pero un libro no sólo te aportará información a ti; también le aporta experiencias a tu cerebro. Porque se ha demostrado que todo aquello que se describe en un libro, y que tú inevitablemente te imaginas, para tu cerebro es como si lo hubiera vivido en la realidad. Y son por lo tanto experiencias nuevas también para tu cerebro.
¿Cómo puedes crearte el hábito de la lectura?
Si ya tienes el hábito de leer todos los días un rato, genial: porque te estás aportando los beneficios que eso tiene. Si no es así, pero quisieras adquirirlo, hay unos consejos que pueden ayudarte.
- Primero que nada, piensa en qué momentos del día puedes tener un ratito para dedicarte a ti mismo, es decir, en qué momento del día estás libre. Puede que sea después de la comida, o tal vez antes de ir a dormir. Ese es el momento adecuado para coger un libro y leer aunque sea unas pocas páginas, es decir, cuando tienes algo de tiempo.
- Cuando tienes prisa o estás pendiente de hacer algo urgente, no es un buen momento para ponerte a leer. Porque la idea es poder relajarte y disfrutar de lo que lees, y no hacerlo de prisa y por obligación.
- Muchas veces se oye eso de que “me gusta leer pero no tengo tiempo”. Piénsalo bien, seguro que sí que tienes un ratito para ello, siempre hay algún rato en el que no haces nada y puedes aprovecharlo para distraerte con un buen libro.
- Si empiezas a leer un libro pero te aburre o no te parece interesante, mejor lo dejas y te buscas otro. Si lo que quieres es crearte ese hábito, será mejor que se trate de un libro que te aporte entretenimiento y diversión y no aburrimiento. Si te aburre, no es el libro adecuado.
- Además, si no eres un lector habitual pero te gustaría serlo, es mejor que empieces por libros que no sean demasiado largos, porque puede también aburrirte. Lo ideal sería empezar con un libro que te interese y que sea más bien corto.
Lleva el libro allá donde vayas
Ya sea un libro en papel o en formato digital, llévalo contigo siempre que puedas. De esta forma puedes aprovechar cualquier momento, como estar en una sala de espera, o en un transporte público, por ejemplo. Tanto la espera como el viaje se te harán más cortos.
En esos ratos que tienes de no hacer nada, que siempre tenemos alguno, puedes dejar el teléfono a un lado y coger el libro.
Puede ser de ficción, de aventuras, histórico o romántico. Sea el género que sea, un libro te aportará diferentes beneficios como has visto: pero también te entretiene, te divierte, y te lleva a otros lugares, otras historias y otros mundos que no conocías.
Rosa Armas
Colegiada T-1670.